Nadja: un dúplex postmoderno en Atenas que rehúye del clasicismo griego.
Konstantinos Pantazis y Marianna Rentzou, cofundadores del estudio Point Supreme, son los responsables de este complicado ejercicio que rechaza todo tipo de dogmas y utiliza diversas referencias arquitectónicas para el interior de esta vivienda familiar.
Las baldosas, los mosaicos, las formas geométricas y una escalera amarilla son los grandes protagonistas en esta casa compuesta por dos plantas, que en realidad se trataban de dos apartamentos pero que ahora se han reconvertido en uno solo.
Pese a que ambas plantas siguen las mismas directrices, cada una de ellas trata de crear una experiencia diferente. En el piso inferior no hay límites convencionales que definan los espacios y está más inspirado en el mundo marino, al que son muy aficionados los ocupantes de la casa. En el superior, destinado a las habitaciones, sí hay, en cambio, una estructura más clásica, suelo para la tierra y detalles más tradicionales.
Abajo no hay una división típica para la cocina, el comedor, el salón y la zona de entretenimientos; sino que a partir de un espacio abierto se han creado diferentes zonas, mirando todas unas a otras y delimitadas por diferentes recursos.
El más obvio son los diferentes tipos de suelo. Pero también cortinas y ciertas construcciones como las pantallas translúcidas formadas por postes de madera. Y, sobre todo, la pieza de arquitectura en sí misma que representa la escalera.
En colaboración con la constructora KN Group, el estudio ha creado una estructura que no sólo sirve para conectar las dos plantas sino también para organizar las diferentes estancias, convirtiéndose en un elemento central y protagonista de esta planta abierta.
Integradas en la propia pieza, a su alrededor se distribuyen la cocina y una zona de almacenaje y estantería.
En cuanto a los diferentes tipos de suelo, destacan los pequeños azulejos de color turquesa que recorren gran parte de la planta y tanto recuerdan al fondo de las piscinas. Estos contrastan sin ningún pudor con otro tipo de materiales. Por ejemplo, todos los umbrales de las puertas y el de la escalera se desmarcan por una tira de baldosas en blanco y negro con dibujos triangulares. En el balcón, por su parte, se ha recurrido a mosaicos más tradicionales.
El vibrante amarillo de los peldaños angulosos da en la segunda planta a un suelo de cerámica de tono terracota, lo que representaría el ambiente más terrenal del apartamento. Aunque aquí también hay mucho color vibrante. Por ejemplo, en las asas de las puertas de las habitaciones.
De igual modo, el color sirve para dividir el interior de las habitaciones: entre espacios más privados – la zona de la cama – y los espacios dedicados al estudio y el relax.
Aquí es donde se pueden ver elementos inspirados en la arquitectura tradicional griega. Destaca el sol rosado, a modo de amanecer, pintado en los últimos peldaños de la escalera, así como los característicos azules helenos.
Fotografías: Yannis Drakoulidis, Efi Gousi y Point Supreme