Faraday: bicicletas bonitas de corazón eléctrico.
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Desde su web nos explican que sus bicis nacen del perfecto encuentro de la ingeniería moderna y el diseño clásico. Su ciudad de origen, con su icónico Golden Gate y sus no menos icónicos tranvías para salvar las eternas cuestas de sus 43 colinas designadas, es dura y agotadora para los amantes de la bicicleta, pero ello no impide que una cada vez más amplia mayoría de gente opte por este medio de transporte para ir al trabajo: el clima lo permite, y el tráfico en ocasiones lo demanda a gritos.
Así que siguiendo el modelo de su vecina Palo Alto, primero los jóvenes ejecutivos más hipsters, y luego cada vez más gente, ha optado por la bicicleta para sus desplazamientos por la ciudad. Pero los sudores que provocan las cuestas de Nob Hill, Telegraph o Twin Peaks no son aptos para cualquiera…
El proyecto nació en 2011, cuando un equipo de diseñadores e ingenieros de IDEO se unió al fabricante de cuadros Rock Lobster para crear una bicicleta dedicada al servicio público, cumpliendo los requisitos del Oregon Manifest, que premia el diseño e innovación de las bicicletas y las considera el medio de transporte definitivo en los Estados Unidos. Un premio del público, un lanzamiento en Kickstarter que consiguió su objetivo… y el resto ya es historia: más sonrisas y menos sudor, y una bicicleta eléctrica que no adivinarías que es una bicicleta eléctrica, bautizada en honor del físico descubridor de la inducción electromagnética y uno de los grandes científicos del siglo XIX.
El elegante marco de Faraday, o Porteur, esconde una sofisticada batería de litio que aporta 20 millas de pedaleo asistido. Sin botones, sin acelerador, sin complicados cables. Simplemente pedales y un silencioso motor eléctrico que amplifica el esfuerzo, «haciéndote sentir el superciclista que en realidad llevas dentro».
Por tanto, con Faraday, «llega a la oficina en menos tiempo, sin romper a sudar. Deja el saturado tráfico de las horas punta atrás. Aparca el coche en el garaje, y hasta olvida que existe. Es el momento de enamorarte de tu bicicleta de nuevo».