Waterlicht: Daan Roosegaarde imagina Holanda sin diques.
Del 11 al 13 de mayo, cada visitante a la conocida «plaza de los museos» de Amsterdam ha podido experimentar el casi olvidado poder y vulnerabilidad que tiene el agua. Un punto sobre el que quiere incidir Roosegaarde, que considera que los holandeses «han olvidado que la base del pueblo que somos viene dada a partir de los diques, y que de ellos depende nuestra historia».
La conexión con el cuadro barroco de Asselijn se puede ver a través de la interacción que ambas obras establecen entre el hombre, la naturaleza y la tecnología. «No hay que olvidar que, si no fuera por los diques, el mismo Rijksmuseum estaría bajo el agua», nos explican desde el ayuntamiento de Amsterdam.
Una instalación para reflexionar también sobre los efectos del calentamiento global y los cambios que pueden sucederse en diferentes territorios y afectar a nuestra vida. Desde un punto de vista «tecno-poético» que caracteriza los trabajos del artista e innovador Roosegaarde.