Hans Abaton crea un hogar para niños con parálisis cerebral.
El proyecto amplia las instalaciones del centro existente, cedido por el Ayuntamiento de Madrid, y ubicado en un edificio de 1950 perteneciente a una colonia de casas bajas, que se encuentra situada junto a las antiguas instalaciones militares de Campamento cercanas a la Autovía de Extremadura.
El edificio se rehabilitó en 1995, pero presentaba unas condiciones inadecuadas como colegio y residencia para niños con parálisis cerebral. Tratándose de la única residencia especializada de la Comunidad de Madrid, era necesaria una ampliación que cumpliera con las condiciones óptimas para su atención y que resolviera la carencia de espacio, la deficiente comunicación entre edificios, la existencia de una única e inadecuada sala polivalente y las insuficientes vías de evacuación y sistemas de emergencia.
El proyecto se basa en la ampliación del edificio existente mediante la generación de un nuevo cuerpo de habitaciones y salas polivalentes adosado a su fachada sudeste. De esta manera, las nuevas habitaciones se adaptarán a las necesidades de los niños (2 por cada dormitorio) y el resto de las salas cumplirán los requerimientos necesarios.
La propuesta ofrece una imagen optimista y alegre en su conjunto: un hogar que alberga la esperanza de mejorar. Por un lado se consigue integrar el proyecto adaptando su escala al barrio de casitas bajas que lo rodea y por otro se confiere una personalidad propia a cada dormitorio con una gama cromática que logra unidad y diferenciación a la vez.
En planta baja, un frente continuo de vidrio crea un zócalo ligero abierto al paisaje. Sobre éste se elevan las habitaciones de colores, más privadas y tranquilas, consiguiendo un nuevo horizonte construido con un gran ventanal corrido, desde donde los usuarios podrán contemplar el exterior incluso sentados.
Las áreas destinadas a salas multiusos suman una superficie de 400 m2 con una altura libre de 3,5 m con orientación sudeste que proporciona luz natural en todas las estancias y se vuelca hacia el jardín.
El acceso se realiza a través de un cubo de vidrio y hormigón que da paso a un lugar de encuentro para visitas. Igualmente se dispone de una sala separada del resto de la planta en una zona más tranquila dedicada a cuidados intensivos.
La planta destinada a residencia cuenta con 500 m2 y en ella se crean 10 nuevos dormitorios de 20 m2 con todas las exigencias de climatización y atención. Una única ventana panorámica de 4m de largo que proporciona luz natural y enmarca el paisaje.
La iluminación artificial es indirecta, evitando deslumbramientos y creando una atmósfera más agradable para los pacientes. Los dormitorios poseen una altura máxima de 3,7 m para una mayor amplitud así como anchos de puerta que facilitan el paso de camillas y sillas de ruedas. Están provistas de amplios corredores de acceso para una mejor movilidad.
Sobre las habitaciones, se ha dispuesto una cubierta vegetal que actúa como aislante térmico y acústico, reduciendo la demanda energética del edificio a la vez que purifica el aire. De esta manera se recupera el espacio de jardín que ocupa ahora el nuevo edificio.
Bajo rasante se ubican las instalaciones, el almacén, la lavandería, los vestuarios y la administración. Ésta última se abre a través de un gran ventanal a un patio inglés ajardinado que ilumina de forma natural este espacio, creando un ambiente confortable y recogido.
Fotografías: © Hans Abaton