Aires urbanos y domésticos conviven en el nuevo restaurante madrileño Gust.
Aprovechando la compartimentación original, se ha intentado reproducir la idea de un espacio tipo ‘mercado‘ de bienvenida, que da continuidad a la calle Génova con un fuerte carácter urbano; y otro espacio, dividido en dos y de carácter más doméstico, donde se plantea el consumo de los productos en las mesas. Ambos espacios están conectados por un pasillo que establece una transición entre los ambientes.
El recorrido natural del local ayuda a la idea que se quiere transmitir; la primera zona pretende ser una prolongación a la ciudad, donde se compra el producto, y las otras dos zonas nos recuerdan más a nuestra propia casa, donde se consume la compra.
Así, la entrada está dotada de características totalmente urbanas, intentando reflejar el lenguaje de una tienda callejera. Una gran estantería con cajas de madera acompaña el recorrido del cliente hasta llegar al mostrador. La célebre baldosa hexagonal de hormigón diseñada por Gaudí y reeditada por Escofet enfatiza la idea de que nos encontrarnos en el exterior. Junto a este pavimento, un naranjo situado en centro, mobiliario metálico, así como el tratamiento de las diferentes fachadas interiores, completan este carácter de ciudad.
Frente a estos materiales, la madera de roble en el techo y el revestimiento de la caja de la escalera añaden calidez al espacio.
El nexo de unión entre el área urbana y la doméstica es un pasillo en el que se ha utilizado también el pavimento hexagonal anteriormente citado. Su ‘vegetal’ techo ayuda a tener esa sensación de estar en todavía la calle, suponiendo así que el recorrido es un agradable paseo hasta la zona de consumo en las mesas.
La ‘sala‘ del restaurante se compone de dos de ambientes separados por una mampara de vidrio y metal. El primero refleja las diferentes partes de una vivienda: el suelo de madera, combinado con piezas de mobiliario dispuestas a modo de salón o de comedor, confieren a este ámbito un acogedor carácter. El segundo ambiente tiene una impronta más industrial, como si se tratará de un taller o invernadero anexo a la vivienda. La gran presencia de vegetación, el colorido pavimento y las luminarias completan la configuración de este espacio.
Fotografías: © Orlando Gutierrez
Gust