Snøhetta diseña un refugio transparente en la isla de Hudoy en Noruega.
El propósito general de este proyecto ha sido crear un nuevo e inspirador espacio para los jóvenes durante su periodo de vacaciones. La nave se utiliza como cobijo durante la noche y como punto de encuentro e interacción social, ofreciendo una íntima y cálida atmósfera.
En el proceso de reconstrucción se mantuvo la estructura, y se retiraron las antiguas puertas, ventanas, cubierta y pavimentos. Se trataba de conservar el espíritu del edificio original, pero añadiéndole un carácter transparente con el fin de captar toda la belleza del entorno.
De esta manera, la estructura permaneció intacta y la cubierta fue sustituida por una similar corrugada. Se repararon las antiguas puertas y el pavimento, pero éste mantuvo su aspecto áspero y manchado.
La construcción se revistió con paneles de policarbonato Lexan Thermoclear y de vidrio en las áreas en las que se colocan las ventanas. Los termopaneles de madera de la fachada se colocaron formando un ángulo de 45º con respecto a ésta.
A la hora de diseñar el cerramiento se ha tenido en cuenta la orientación del edificio. De esta manera, los paneles permiten que la luz natural penetre generosamente en la cabaña por la mañana. A medida que el día avanza, evitan la entrada de los rayos de sol del mediodía, conservando el interior en sombra durante las horas más calurosas. Por la tarde, y durante la puesta de sol, la luz vuelve a inundar el cobertizo.
Visto desde el exterior, toda la edificación es prácticamente transparente, pero también completamente opaca desde determinados ángulos.
La construcción ofrece refugio a un máximo de 20 niños. Las literas, pintadas en brillantes colores funcionan como camas, bancos, o barras para balancearse.
Una escalera conduce a un altillo con espacio adicional para dormir.
Desde este desván se puede descender por un poste como el de los bomberos.