El mundo del automóvil, de luto: Sergio Pininfarina, diseñador italiano, fallece a los 85 años
La capacidad de innovación y el prestigio del diseño italiano llevan décadas superando todas las crisis y vicisitudes del país transalpino. Y uno de los grandes responsables del éxito es Sergio Pininfarina, fallecido la pasada madrugada en su casa turinesa a los 85 años tras una larga enfermedad. Este icono del diseño italiano y uno de los padres del Made in Italy ha destacado a lo largo de su vida por su carácter polifacético, que le ha permitido compaginar su trayectoria como diseñador con la de emprendedor, e incluso con una fructífera e intensa carrera política.
Licenciado en Ingeniería Mecánica por la Universidad Politécnica de Turín en 1950, comenzó a trabajar en la empresa familiar fundada por su padre, Carrozzeria Pininfarina, haciéndose con el mando de ésta en 1961 y convirtiéndose en presidente en 1966. Durante este período transformó lo que hasta entonces había sido un exitoso estudio de diseño de carácter familiar y artesanal, estrechamente ligado a las marcas italianas, como Ferrari, Alfa Romeo, Lancia y Fiat, en una gran empresa internacionalizada. Y empezó a desarrollar proyectos para los grandes grupos automovilísticos de todo el mundo, desde Cadillac a Mitsubishi pasando por Bentley, la coreana Daewoo y sobre todo Peugeot, el fabricante con el que mantuvo una de sus relaciones más estrechas y fructíferas, aparte del Grupo Fiat.
El estudio de Pininfarina desarrolló bajo su batuta y con la colaboración de otros diseñadores, en su mayoría italianos, modelos tan emblemáticos como los Ferrari Testarossa y Scaglieti, pero también otros más populares, como el Peugeot 406 Coupé, uno de los deportivos más elegantes y mejor valorados que ha fabricado hasta ahora una marca generalista. Pero a la vez colaboró también y fue uno de los impulsores de la evolución del diseño de la coreana Daewoo, ahora Chevrolet, tras ser adquirida por General Motors.
Sergio Pininfarina no se centró solo en el diseño del automóvil. En su faceta de emprendedor diversificó su empresa para entrar en otros sectores como el del mueble, los cascos de moto y hasta el arte sacro. Una de las creaciones más sorprendentes y menos conocidas de su estudio es la cappella Madonna Della Stella (Capilla de la Vírgen de la Estrella), un encargo de una familia de Caserta (Italia), cuya cúpula parece inspirada en un avión de combate y el campanario en el alerón trasero de un fórmula 1. Pininfarina SPA se encargó incluso del diseño interior y de todo el mobiliario del templo, desde el altar a los bancos de los feligreses.