Un antiguo granero victoriano renace en la campiña inglesa gracias a Carl Turner Architects.
Con el fin de preservar al exterior el carácter industrial del edificio original, se han mantenido las aberturas existentes, y se han dispuesto puertas correderas hacia el interior de los huecos, subrayando el espesor del muro.
El interior se ha tratado como un paisaje, creando espacios celulares que se asocian al concepto de “edificios dentro de edificios”. Se han diseñado piezas de mobiliario a medida y de gran tamaño, que contribuyen a crear ambientes diferenciados con una escala más íntima.
Las principales áreas públicas se alojan en el cuerpo principal del edificio, mientras que en el ala más larga se dispone una secuencia de dormitorios y baños.
Los materiales elegidos para el interior son industriales, para el pavimento se ha utilizado hormigón pulido y tarima de madera de pino, y el mobiliario se ha realizado con tableros de virutas orientadas (OSB).
En las fachadas se ha tratado de respetar lo existente, utilizándose madera de ébano para los marcos de las puertas. La estructura de la cubierta se ha restaurado y reforzado en los puntos en los que ha sido necesario.
Debido al tamaño y a la complejidad del proyecto, en relación con el limitado presupuesto, se ha tenido que trabajar durante un período prolongado de 5 años para reducir costes. Carl Turner Architects han actuado también como contratistas, y han tenido que ser muy creativos a la hora de proponer soluciones a medida a partir económicos productos y materiales industriales.
Reportaje de Aranza Álvarez. Fotografías realizadas por Tim Crocker, Damian Russell, Ioana Marinescu y Jeremy Phillips.