Complejo deportivo Bilbao Arena, un bosque arquitectónico que vigila la ciudad.
El proyecto tiene un complejo programa funcional y de circulaciones: uso del polideportivo simultáneo a la celebración de partidos; accesos de jugadores, autoridades y público; un local para un posible restaurante mirador; polideportivo con entrada independiente, pero con acceso a pista, para que los vecinos puedan usar la cancha cuando no hay partido; aparcamiento comunicado con ambos espacios, etc… Fueron las rocas de piedra caliza que asomaban entre los taludes y los árboles del parque las que dieron la clave del proyecto a sus autores: Javier Pérez Uribarri y Nicolás Espinosa Barrientos de ACXT.
De esta manera, dividieron el edificio en dos. El recinto arena se ubicó en la parte superior, con las entradas lejos de las viviendas para evitar molestias por el posible excesivo ruido de los seguidores del Bilbao Basket. El polideportivo, en cambio, se situó en la parte inferior, más próximo a las viviendas.
El Bilbao Arena se ha diseñado como un árbol, con pilares arborescentes que arriostran la estructura metálica en fachada y hojas de acero lacadas en varios colores, para construir un cierre permeable al aire que oculta todas las máquinas de climatización del recinto.
El polideportivo por el contrario se ha diseñado como una roca, con paneles prefabricados de hormigón, texturados y coloreados en masa del color de la roca caliza gris de la zona.
Una roca hueca, en la que los tres espacios del polideportivo se comunican visualmente, escalonadamente, en cascada: acceso a aparcamiento, gimnasios y piscina. Esta roca se ha revestido interiormente con paneles verdes, del color del musgo, y sobre ella se levanta la masa arbórea del Bilbao Arena.
La fachada del Bilbao Arena se diseña permeable en la zona de los pasillos de circulación, de los anillos, por la suma del limitado presupuesto y una clara orientación al bajo consumo, resolviéndose así con una malla de acero galvanizado que se utiliza para contención de taludes de carreteras. De este modo el espacio de los anillos tiene un ambiente exterior que no precisa ventilación ni climatización y aumenta la seguridad en la evacuación en caso de incendio. Cuando el espectador abre la puerta del vomitorio ya está en la calle.
Los pasillos, gracias a esta permeabilidad y a la elevada cota del solar, respecto al centro, se convierten en un mirador de la ciudad.
El interior del pabellón arena se reviste íntegramente con chapa minionda perforada, galvanizada o lacada, según zonas, y lana de roca. Se consiguen de esta manera unos cerramientos antivandálicos y con unas buenas prestaciones fono-absorbentes que han posibilitado un perfecta inteligibilidad de la megafonía.
En una esquina del Bilbao Arena, en el nivel más alto, el de las hojas de la copa del árbol, se dispuso el local para hostelería, con un núcleo de comunicación vertical con dos ascensores y escaleras completamente independiente del resto, para posibilitar su funcionamiento en diferente horario. Un generoso balcón-terraza ocupa, tras las hojas de chapa, el lugar que en las otras fachadas ocupan las máquinas de climatización. Para posibilitar las vistas hacia la ciudad se retiraron simplemente unas hojas.
El polideportivo dispone de piscina, gimnasios y oficinas de gestión del complejo. Las divisiones entre los distintos gimnasios y entre estos y la piscina son de cristal, incluso el pasillo que comunica con el aparcamiento. Se pretende con ello que el edificio resulte seguro para el usuario, sin oscuros pasillos, y controlable visualmente por el personal.
Prácticamente todo el interior está revestido con un panel de fibras fono-absorbentes, de color verde. Un gran lucernario, en una esquina de la piscina, introduce una luz natural que, al iluminar los paneles verdes, quiere recordar a la luz verdosa que vemos cuando buceamos en ríos o en pozas de cuevas.
La cubierta del polideportivo, de esta roca, es vegetal, verde, una cubierta aljibe que almacena el agua de lluvia, que el sustrato vegetal recupera por capilaridad y que hace innecesario el riego.
El agua de la piscina que la legislación vigente obliga a desperdiciar, un 5% al día (una barbaridad de litros para una piscina de 25 m y 7 calles), se almacena en el sótano, en un aljibe, donde los camiones que limpian las calles de Bilbao repostan reutilizándola.
Las máquinas de climatización y ventilación del polideportivo se ubican en un gran patio cubierto con un tramex entre el pabellón arena y el polideportivo. Se trata de facilitar el mantenimiento y evitar contaminaciones acústicas y visuales innecesarias a las viviendas del entorno.
Video: Aitor Ortiz
Fotografías: Jorge Allende y Aitor Ortiz © ACXT IDOM, según indicado. Texto de Arantza Álvarez