Daniel Libeskind atraviesa con una cuña de acero el remodelado Museo de Historia Militar de Dresde.
El nuevo aspecto del Museo de Historia Militar de Dresde no podía ser más rompedor. Tras más de dos décadas cerrado al público, ha reabierto sus puertas el 15 de octubre con gran éxito de afluencia. El prestigioso arquitecto neoyorkino Daniel Libeskind ha sido el encargado de su rediseño, en el que destaca sobre todo la enorme cuña triangular de acero, hormigón y vidrio que atraviesa la fachada original de 1897. Libeskind parece celebrar así los diez años de la apertura de su icónico Museo Judío de Berlín.
Las líneas rectas y simétricas de la fachada original del museo contrastan con este llamativo elemento que ha incluido Libeskind, quien ha querido “establecer una clara interrupción de estilo para penetrar en el arsenal histórico y crear una nueva experiencia para el público”. La enorme cuña transparente incrustada en la fachada pesa 200 toneladas y se eleva hasta los 30 metros de altura, ofreciendo excepcionales vistas panorámicas de la Dresde moderna. Desde la plataforma superior los visitantes pueden ser testigos de la reconstrucción física y vital de la Florencia del Elba, una ciudad que fue duramente golpeada por los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial.
En el interior de esta cuña triangular de vidrio, acero y hormigón, cuya afilada punta se dirige hacia la dirección desde donde cayeron las bombas incendiarias de los aliados durante la SGM, se extienden nuevas galerías expositivas. Libeskind ha creado un espacio para la reflexión.
Libeskind ha querido que la nueva fachada fuese transparente y abierta a la ciudad en contraposición a la rigidez y opacidad de la fachada de piedra de estilo neoclásico construida 135 años antes. Ese contraste refleja también los valores de la democracia como antítesis del pasado autoritario del país. De este modo, “la arquitectura invita a reflexionar sobre la problemática de la violencia y sobre cómo la historia militar y el destino de la ciudad están entrelazados”.
Con más de 20.000 m2 de superficie expositiva, el Museo de Historia Militar de Dresde se ha convertido en el museo más grande de Alemania. Las dos nuevas alas diseñadas por Libeskind cobijan 7.500 objetos, desde insignias y postales hasta coches y una cápsula espacial. Además, incluye un nuevo nivel interpretativo con pantallas multimedia de audio y vídeo.
Dentro del edificio, algunas paredes de hormigón separan las recién inauguradas áreas de exposición de las galerías históricas.
Desde que se fundó en 1897, el Museo de Historia Militar de Dresde ha sido el museo del arsenal sajón, el museo nazi, el museo soviético y el museo de la Alemania del Este. En 1989, en tiempos de la nueva Alemania unificada, el gobierno decidió clausurar este espacio al no saber cómo ubicarlo en la nueva sociedad.
A partir de 2001, cambió de parecer y pretendió crear un nuevo museo que ayudara a comprender la naturaleza de la violencia y de la guerra, así como los impulsos humanos y sociales que las desencadenan para que no se repita la historia. Hoy, el museo representa la Alemania democrática y ha unificado sus colecciones en una sola.
Fotografías de Bitter Bredt, cortesía de Studio Daniel Libeskind y Holzer Kobler Architekturen.
Más información en la página web de Daniel Libeskind