Rounded Loft por A1 Architects. Loft en Praga
Tras la reforma, este antiguo ático de 220 metros cuadrados ha pasado a convertirse en una vivienda de dos plantas con la sala de estar y dormitorios en el nivel inferior y una suite para invitados en el superior.
Los arquitectos se han fijado en esa común idea de los lofts “sin divisiones”. Aunque han contado con algunas excepciones: por ejemplo, las habitaciones, sí ocuparían un espacio privado. El resto de áreas comunes están conectadas dentro de un espacio fluido.
En la entrada se han dispuesto varios armarios vestidor que permiten aprovechar al máximo el espacio. Le siguen el estar, la cocina y el comedor. Para poder potenciar esa fluidez entre espacios, los arquitectos optaron por redondear algunas de las esquinas, para suavizar paredes y estancias. “Gracias a estos rincones uno se mueve con libertad, de alguna forma los bordes de las paredes desaparecen”, explican los arquitectos.
La escalera que sube a la segunda planta, en la que se han integrado la chimenea y la biblioteca, también está realizada en formas redondeadas. La barandilla es una fina red de acero inoxidable.
Junto a los espacios comunes en la planta inferior hay tres dormitorios, una sala de estudio así como espacios de almacenamiento, la mayoría integrados en la propia construcción.
La elección de los materiales en el proyecto de esta vivienda ha sido muy exhaustiva. Su denominador común es la neutralidad y naturalidad. La mayoría de piezas de madera se han hecho a medida y baldosas beige de gran formato se han utilizado en los suelos de la planta baja para potenciar la idea de continuidad.
En la mayoría de casos se han mantenido los antiguos pilares estructurales de madera. En la cocina, el granito negro combina con el mármol brillante de las paredes y ambos contrastan con la mesa del comedor, realizada en madera de nogal sin tratar. La transición a la zona de estar se hace a través de una pared redondeada y enlucida en gris.