Martín Azúa insufla vida animal y vegetal al interior de sus nuevos objetos.
Según explica el propio diseñador vasco afincado en Barcelona, esta serie continua el trabajo de investigación que inició en 1999 con el proyecto Natural Finish, cuando Azúa abandonaba jarrones de cerámica muy porosa en un río para recoger la mancha natural. Las piezas, naturalmente bellas, fueron incluidas en la exposición Open Borders comisariada por Droog Design.
Y continuó en el 2003, con la exposición Neorrural, en la que proponía una serie de objetos como la Casa Nido, Cazando Sombras, y Texturas Biocolonizables. En el Workshop Adobe Plus realizado en el Ceu San Pablo de Valencia planteaba materiales de construcción que podían ser hábitat de pequeños animales. En el 2006 en la exposición Flod reflexionaba sobre las estrategias de la naturaleza para crecer e instalarse. Con la instalación La Memoria del Bosque en los productos de IKEA hacia visible el origen natural de todo lo que nos rodea.
En el 2007 recrea por primera vez una gruta tecnológica en el Pabellón la Sed de Expo Zaragoza. En el 2008 gana un premio FAD de arquitectura efímera por la instalación Especies en Evolución para la empresa Roca, en la que diseñó un concepto de baño gruta en el que conviven la tecnología con la naturaleza.
En su filosofía del Design Nature, los procesos naturales suponen una estrategia de diseño. “En la naturaleza nada es gratuito, las formas naturales son siempre el resultado de una economía de materia y energía para conseguir un resultado”. Procesos vitales que ahora se interrelacionan con objetos domésticos en “La vida en los objetos”.
Imágenes y texto, de la web de Martín Azúa.