Tu casa: una república independiente y, también, sostenible.
El objetivo es asumir responsabilidades económicas, sociales y ambientales frente a los clientes y proveedores: reconociendo ser a veces parte del problema, IKEA plantea también algunas ideas y soluciones en forma de pequeños pasos, en una tarea compartida para minimizar su impacto sobre el medio ambiente.
En este sentido, y desde el proceso de diseño, se busca identificar los objetivos de sostenibilidad de cada producto; conseguir la misma funcionalidad, calidad y estilo utilizando menos material; se apuesta por materiales renovables o reciclados siempre que es posible; reducir el impacto ambiental en la cadena de producción; diseñar productos que se puedan embalar, apilar y transportar de forma más eficiente; crear productos con una larga vida útil; ayudar a reducir el consumo de energía, agua así como el de sus residuos, y ofrecer a los clientes productos que faciliten el reciclaje.
Esta ocho reglas básicas se suman a una serie de mejoras que tratan de utilizar menos material, o solo el necesario y aprovecharlo todo al máximo. El automontaje de los muebles IKEA facilita también el desmontaje. Así es más sencillo reciclar y reutilizar materiales como la madera, el plástico, el metal y el vidrio.
Y sus paquetes planos significan cargas optimizadas y menos transporte, sinónimo de reducción de emisiones. Se utilizan embalajes reciclables empleando la mínima cantidad de materia prima. El cartón marrón es uno de sus más firmes aliados: ahorra costes y protege el entorno.
Estos son algunos ejemplos de sus diseños sostenibles:
Mesas Lack: este icono de IKEA es uno de sus primeros productos fabricados con la técnica del atamborado: sólidos y rígidos tableros de madera con relleno de papel reciclado en forma de panel de abeja. Utiliza menos materia prima y, por su poco peso, se puede aprovechar al máximo cada transporte.
Sistema de almacenaje Ivar: de madera de pino macizo, material duradero y reciclable, que puede tratarse al aceite, cera o tintura. En este sentido, Ikea no acepta madera procedente de talas ilegales o proveniente de bosques naturales intactos. El objetivo a largo plazo, es que toda la madera que se emplee en la fabricación de sus productos provenga de bosques de gestión responsable.
Ropa de cama IKEA 365+ RISP: fabricada con 50% algodón y un 50% de lyocell. El lyocell es un material renovable con base de celulosa que se obtiene de fibras de madera de árboles de vivero, que utilizan menos agua que las plantaciones de algodón. Además, los productos químicos que se utilizan en su proceso de fabricación se reciclan en un sistema cerrado para minimizar el impacto ambiental.
Trofast: La serie de contenedores Trofast está fabricada con 100% polipropileno, un material plástico pero fácilmente reciclable cuando termina su vida útil.
Balancín Gullholmen: combina el ratán con hojas de babano, un material que normalmente se deshecha.
Retur: Esta serie está pensada para organizar los residuos de casa en cubos de diferentes tamaños muy fáciles de limpiar. Desde botellas de vidrio a periódicos o pilas.
Knuff: cambiando el embalaje del revistero Knuff, de una a dos piezas, se ha logrado transportar el doble de unidades en cada camión, reduciendo a la mitad las emisiones de CO2.
Näsum: cestos versátiles fabricados con lo que la mayoría de la gente considera desechos: los troncos de los bananeros tras la recolección del fruto. Cuando la platanera ha dado su fruto, el tronco muere lentamente. En vez de rechazarlo, se corta en tiras que se secan al sol. Después se trenza y se les aplica un barniz de base acuosa. Así es cómo se fabrica Näsum.
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