La Alhóndiga de Bilbao cumple 100 años y resucita con Philippe Starck.
Bilbao acaba de recuperar uno de sus edificios más emblemáticos; la Alhóndiga, un viejo almacén de vinos de carácter modernista que el arquitecto municipal Ricardo Bastida finalizó en 1909.
En 1905, un jovencísimo Ricardo Bastida recibió el encargo de construir en el bilbaíno Ensanche de Albia una nueva alhóndiga. Así es como planteó un gran edificio industrial, funcional y avanzado, a modo de almacén de vinos, licores y alcoholes. De estilo modernista, se levantó en ladrillo y hormigón armado, finalizándolo en 1909. A partir de los años setenta, su actividad se trasladó a una nueva alhóndiga ubicada en Recalde, y el edificio quedó a la espera de recibir una nueva utilidad.
En 2010, la Alhóndiga de Bilbao recupera su protagonismo convirtiéndose en un nuevo centro cívico dedicado al ocio, la cultura y la actividad física. En 2004, Starck se enamoró del proyecto AlhóndigaBilbao y de la ciudad a primera vista. Su reto fue “humanizar” la construcción y convertirla en un nuevo punto de referencia de la vida ciudadana.
El nuevo centro cuenta con tres edificios encuadrados por la fachada de la antigua construcción de Ricardo Bastida. El ladrillo, el acero, el hormigón y el vidrio son los principales materiales que el equipo de Starck ha usado en su transformación.
Un gran atrio de 6.000 metros cuadrados, que simula una plaza cubierta, actúa como recibidor. En él se despliegan 43 colosales pilares que sirven de base para los tres edificios, suspendidos a tres metros del suelo. Cada columna representa un estilo de la historia del Arte, de la Grecia Clásica a la China milenaria.
Estas 43 columnas, de diferentes estilos y materiales, dan la bienvenida a los visitantes. Se trata de un encargo de Starck al especialista en crear ambientes para cine y televisión Lorenzo Baraldi. Las columnas, de tres metros de altura, combinan mármol, bronce, madera, acero, ladrillo, terracota vidriada, cemento y piedra de Lecce, y son uno de los elemento más reconocibles de la nueva Alhóndiga.
En definitiva, este «nuevo espacio de convivencia» suma un total de 43.000 m² dedicados al conocimiento, el ocio y el bienestar, actividades encuadradas en cada uno de los tres volúmenes de la edificación. Cuenta con bibliotecas, salas de exposiciones, cines, gimnasios, piscinas, restaurantes, solariums, oficinas… Dicen que Starck lo ha calificado ya como su proyecto público más satisfactorio.
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