2.5 Tendencias Milán: ¿…Pero dónde está la bombilla?
Puerta a puerta con el show-room de Luceplan en Milán, en el de Flos se leía escrito con llamativas letras naranjas sobre el escaparate las palabras Organic Led, Remote Phosphor Led y Top Led, asociadas a tres de sus diseñadores estrella: Starck, Castiglioni y Citterio. Un poco más allá, en Artemide lucía la extensa colección desarrollada por Ross Lovegrove bajo el nombre Cosmic. Paralelamente, la firma española Santa&Cole, en su tienda milanesa, presentaba Cirio de Antoni Arola. Con sus novedades, Ingo Maurer conserva el estatus de genio de la luz e ilustra de nuevo la libertad que proporciona el led, quedándose con el personal.
La nueva tecnología deslumbra por muchos motivos: mínimo consumo de energía, larga vida, escaso mantenimiento y cambios, es más eco (no contiene tungsteno, ni mercurio), no quema… Su pequeño tamaño, posibilidad de coloración de la luz y el oled de láminas lumínicas, abren además todo un universo ante el diseñador a la hora de dar forma a las luminarias del XXI.
Area dibuja una sugerente ventana de luz artificial. Archetype adapta el led a una lámpara intemporal e incluye una pieza que la hace compatible con cualquier rosca. Kelvin Top Led se erige como ejemplo de pantalla pequeña y extraplana para iluminar mesas de trabajo de un modo eficiente y contemporáneo. Se enciende mediante un sensor en el cabezal. La incorporación de leds a Taccia, icono de los 60 creado por los hermanos Castiglioni, corrobora el potencial y futuro de esta fuente de luz. Gracias a la forma de su difusor logra una buena dispersión.
Starck no se quiere quedar atrás y presenta el prototipo Light Photon provisto de oleds. Con Cosmic Mugg y Cosmic Landscape, Lovegrove explora paisajes marinos y terrestres mediante formas fluidas y difusores opales grabados, e incluye el color.
Cirio, adopta el led como la fuente de luz lógica en este momento. A través de una pantalla de porcelana de Sargadelos, Arola quiere difuminarla con la elegancia de la vela. Es un sistema componible que va de la pantalla única a las estructuras lineales de cinco, o circulares con hasta 42 pantallas.
Ingo Maurer nos dice con su Hoi Polloi que él es gato viejo en esto de la luz. Y, así, en un mismo diseño recorre la historia de la lámpara y de su propia carrera: la incandescente y su Bulb del 66, el sistema de cables que inventó en los 80 para la halógena y la fuente de luz de moda, el LED, tecnología con la que él lleva ya diez años experimentando. De su misma factoría, pero diseñada por Benedikt Achatz es Robotzki. Un artilugio que hace sonreír solo verlo. Dotada con movimiento mediante motor automatizado y software, el propio Maurer la define como una fresca y provocativa reinterpretación de la lámpara de trabajo.