Casa Cubo en Brasil, diseñada por AR Arquitetos.
Un solar de fachada de 6,6 m de ancho y 14 m de profundidad, encajado entre edificios altos y en una estrecha calle de tan solo 2,6 m. Con este difícil punto de partida, los propietarios solicitaron una casa de 3 habitaciones donde pudieran vivir con sus futuros hijos, una cocina que fuera el centro de la casa y estuviera integrada con el living, un despacho con biblioteca donde trabajar, una habitación para invitados y algún espacio exterior hecho de tal modo que no les quitase privacidad. Sin duda, un programa algo contradictorio.
La primera idea fue cerrar la casa a la calle y abrirla hacia el interior del solar. Se estructuró el volumen de la vivienda en forma de dos cubos superpuestos que creaban así dos patios interiores. En la base de la construcción se conservó un semisótano de la antigua edificación ya demolida, y allí se instaló la oficina para trabajar y estudiar. En este espacio se incluyó una amplia librería y un baño completo para que pudiera usarse ocasionalmente como habitación de invitados. Ahora, la luz de la calle ilumina la habitación de forma casi cenital, y el cielo puede verse desde el escritorio.
Sobre el sótano se superpusieron dos cubos, uno de 6 x 6 x 6 m situado en el centro del solar y otro descubierto de 3 x 3 x 3 m que completaba el volumen de la casa. Con esta estructura se cerró la casa al exterior y se abrieron dos patios interiores, uno delante y otro detrás, alcanzando el máximo uso permitido del solar a la que vez que se consiguió preservar la privacidad respecto de los vecinos cercanos.
En definitiva, los arquitectos han conseguido en Casa Cubo una casa grande en un solar pequeño, donde el cubo principal acoge los espacios sociales de la casa, que no interfieren con las actividades más íntimas o de trabajo. El volumen menor comprende espacios de servicio, como el garaje, un espacio de almacén o un lavadero, además del jardín que se extiende a la sala.