Inauguración de la Winspear Opera House en Dallas, de Foster + Partners.
Con su forma de tambor la Winspear Opera House es un imponente edificio de cristal rojo que crea diversos espacios transparentes y que, finalmente, envuelve a un auditorio de 2.200 asientos. Además de integrarse en la vida cultural de Dallas, el edificio se ha pensado para ser también un destino turístico en sí mismo: el público podrá visitarlo durante el día y disfrutar de una cafetería y un restaurante situados en el interior del teatro pero abiertos totalmente al exterior mediante correderas de cristal. Además del teatro Winspear, en el remodelado distrito se incluyen el Dee and Charles Wyly Theater, diseñado por OMA, la escuela Booker T Washington High School, el Morton H. Meyerson Symphony Center y en el futuro, el nuevo City Performance Hall.
Teniendo en cuenta el soleado clima de Dallas, en el diseño del edificio se ha incluido una gran marquesina de entramado ortogonal que se extiende desde el lobby y crea una gran plaza pública, el nuevo centro neurálgico del Performing Arts District. Poblada de árboles autóctonos, esta Grand Plaza pública forma parte integral de una estrategia medioambiental, acción imprescindible en el plan general del nuevo distrito. Al crear un gran espacio sombreado exterior se consigue el microclima fresco que necesitan los peatones, y la plaza puede llegar así a albergar cómodamente a 5.000 personas. Además de zonas verdes, incluye espacios para espectáculos al aire libre y los accesos a la entrada principal y el parking.
Entrando bajo la marquesina desde la Grand Plaza, se accede a un inmenso lobby totalmente acristalado de más de 18 m de altura y a partir de ahí comienza un recorrido especialmente pensado para ir aumentando el drama a medida que el visitante se acerca al auditorio. Con el objetivo de “llevar el teatro a la público”, los arquitectos han ideado una gran escalera que fluye circularmente y que une el lobby con el resto de los espacios, dando además una oportunidad al público de observar la impresionante arquitectura del teatro desde distintos puntos de vista.
A pesar de sus dimensiones, el auditorio está pensado para crear un sentimiento de intimidad durante las actuaciones. Una planta en forma de herradura le da una dramática verticalidad a los palcos a la vez que consigue la cercanía de todo el público al escenario. El efecto de intimidad está también reforzado por el diseño de los frentes de los palcos en colores blanco y dorado brillante que contrastan con el rojo oscuro del interior. La acústica, diseñada por Bob Essert de Sound Space Design, viene ensalzada por lo compacto del auditorio y no se han ahorrado detalles para asegurar una óptima resonancia de la voz humana y del sonido de la orquesta. Un candelabro gigante en forma de cono invertido de luz aumenta el efecto dramático gracias a las 320 varillas que lo sujetan y hacen ascender hacia el techo en cuanto comienza la obra. Y como colofón al espectacular diseño del auditorio, el artista argentino Guillermo Quintero ha diseñado un hipnótico telón para el escenario.