El genio de la lámpara: centenario Achille Castiglioni.
Nacido en 1918 en Milán, Achille Castiglioni está considerado uno de los padres fundadores del diseño de Italia. Junto a sus hermanos, Livio y fundamentalmente Pier Giacomo, dieron los primeros pasos para convertir el design en lo que es ahora.
En 1940 empezó a trabajar en el estudio familiar, mientras acababa la carrera de arquitectura, cosa que consiguió en 1944. El estudio estaba especializado principalmente en el diseño expositivo, aunque también llevaron a cabo diversas rehabilitaciones de edificios. El hermano mayor lo dejó en 1952, y Achille y Pier Giacomo comenzaron a explorar el hasta entonces desconocido mundo del diseño industrial.
Achille y Pier Giacomo Castiglioni muestran la lámpara Cocoon a Marcel Breuer. Fotografía Franco Cotti.
En los siguientes años, Italia viviría un Renacimiento artístico. Con el diseño como baluarte.
Los diseños salidos del estudio Castiglioni partían de lo más ordinario. A través de una ingeniosa transformación, se convertían en soluciones perfectas para la vida cotidiana.
Un ejemplo claro es Mezzadro, producida por Zanotta. Un pequeño y encantador taburete obtenido a partir del asiento de un tractor.
También el imitadísimo best-seller de Flos: Arco. La elegante lámpara cuya forma describe su nombre es más fácil de transportar gracias al agujero de su base de mármol de 65 kg. Que permite que dos hombres con un palo de escoba la muevan.
Para Castiglioni, la imaginación desenfrenada era la solución para una funcionalidad absoluta. «If you are not curious, forget it» (si no eres curioso, olvídalo) era una de sus máximas.
Achille Castiglioni y Flos
Pero si hemos de buscar un título honorífico para Castiglioni, en diarioDESIGN nos quedamos con «el genio de la lámpara». Porque con ellas consiguió brillar con luz propia. Nunca mejor dicho.
Bien lo sabe Flos, marca con la que los hermanos colaboraron ininterrumpidamente desde 1954. De sus mentes han surgido algunos de los productos más vendidos de la compañía, como el ya citado Arco.
Incluyendo la cómica Snoopy. O el práctico reflector de mesa Taccia. También el faro de camión transformado en Toio, o Luminator.
De Achille en solitario son la discreta Lampadina, o las burbujas Taraxacum 88 que abren este artículo. Por hablar sólo de algunos ejemplos.
Dos nuevas creaciones
Flos ha aprovechado el centenario de Castiglioni para presentar, durante la pasada edición del Salone del Mobile en Milán, dos nuevas lámparas creadas por el gran maestro. Pequeños dispositivos extraídos del archivo histórico, aparentemente creados para necesidades funcionales pero cargados de emociones, y capaces de interpretar las cualidades más y menos tangibles de la luz al mismo tiempo: movimiento y placer.
Ventosa
Eficaz, activa e incisiva. Las lámparas creadas por los hermanos Castiglioni nunca son inanimadas, sino que provocan comportamientos, resuelven problemas. Exigen una sonrisa. Así es Ventosa.
Creada en 1962 como una solución práctica a la necesidad específica de iluminar un escaparate, es un foco con una ventosa de goma -de ahí el nombre- que dirige la luz donde sea necesario.
Las originales sugerencias de Castiglioni para su uso en catálogo son verdaderas joyas. Ventosa se puede colocar felizmente sobre cualquier superficie lisa, botella de whisky incluida.
Nasa
«Quiero copiar el sol. Me gustaría plagiar el sol». Él siempre apuntaba alto. Hablando de plagio industrial en 1974, en una exposición de Flos en Viena dedicada al trabajo de los hermanos Castiglioni y Tobia Scarpa, tuvo una sorprendente e innovadora idea.
El resultado fue NASA, un objeto hilarante que podría llevarse a todas partes. Una lámpara de lectura similar a un juguete. Una batería conectada a dos cables con una pequeña bombilla en cada extremo, para sujetar a las patillas de unas gafas.
A Castiglioni nunca le faltaron ideas para usar la NASA para convertir cualquier cara en una «cara soleada». Donde la energía de la luz alimenta una broma y, siempre, ilumina ideas.