Entre Pinos, la arquitectura que emerge del suelo.
A tan sólo 156 kilómetros de Ciudad de México, Valle de Bravo es una pequeña población rodeada de un espectacular entorno. Su nombre original, Valle de Temascaltepec significa «lugar en el cerro de los baños de vapor» en náhuatl. En él, Héctor Barroso y su equipo han llevado a cabo una intervención completamente respetuosa con el entorno. Acorde a la filosofía que caracteriza sus obras.
Mimetizadas con el paisaje
«Aprovechar los recursos naturales del lugar, a través de intervenciones que se fundan en el paisaje es la máxima de nuestro trabajo», explica Barroso. Las luces y las sombras, la vegetación circundante y la composición del terreno son aspectos claves para el arquitecto. El mexicano apuesta desde siempre por la calidad habitable de la arquitectura y la desaparición entre lo natural y lo construido.
Con una extensión de 1700 metros cuadrados y completamente rodeadas de pinos, las casas de vacaciones se han diseñado como volúmenes de caras distintas. Mientras que hacia el norte se manifiestan como volúmenes sólidos y cerrados, al sur se abren al bosque circundante, permitiendo la entrada de luz natural.
Todas las casas repiten la misma tipología. Seis volúmenes colocados de tal forma que generan entre ellos un patio central. Protagonista de la casa, este espacio otorga vistas, silencio e intimidad.
Para potenciar el dinamismo del conjunto, los volúmenes se han diseñado combinando una y dos alturas. La planta baja se ha reservado para el salón, el comedor, la cocina y uno de los dormitorios. Todos estos espacios vuelcan al exterior, comunicando el patio con las terrazas y el jardín.
Los volúmenes con dos plantas albergan en el nivel superior los tres dormitorios restantes y sus correspondientes baños. Huecos abiertos en las fachadas enmarcan las impresionantes vistas.
Apuesta por lo local
Para la construcción, Héctor Barroso ha optado por materiales locales, como el ladrillo, la madera y el barro. Incluso el suelo procedente de las excavaciones se ha reutilizado para revestir las paredes. De este modo, los volúmenes parecen emerger directamente del suelo, convertidos en una suerte de escultura natural.
El proyecto ha sido galardonado en los AZ Awards 2018, en la categoría Best in Architecture-Residential Single Family Residential Interiors.
Fotografía: Rory Gardiner (cortesía v2com)