Andreu Carulla, un creativo sin límites.
Cuando eras pequeño querías ser inventor. ¿Qué inventabas?
Efectivamente, parece que es algo común entre algunos diseñadores. Fue el interés por saber cómo funcionaban las cosas o descubrir que los objetos se podían reparar o transformar lo que me llevó a pedir un banco de carpintero / taller para Reyes cuando tenía 10 o 11 años. Desde entonces, los días que estaba inspirado, al llegar del colegio, me ponía a hacer «cositas» sin demasiado sentido. Visto con perspectiva, se trataba de recolectar objetos que se querían tirar y jugar con ellos montando y desmontando con nuevas piezas. A los 14 años heredé la Derbi Variant de mi hermano y ahí llegaron los tuneos más radicales.
Para alguien que nunca ha oído hablar de ti, ¿cómo te definirías?
Me definiría con los típicos adjetivos de diseñador: curioso, observador, etc. Pero, según mi mujer, soy demasiado competitivo, muy desordenado, bastante caótico (pero sin perder el control), improvisador y amante de las zonas de no confort. Me gusta explorar, investigar y aprender.
Y como diseñador, ¿Qué hace de ti alguien diferente? ¿Qué te motiva?
Creo que todos somos singulares gracias a que a lo largo de nuestras vidas hemos tenido estímulos y experiencias muy distintas. Por lo tanto, cuando creamos algo desde la subjetividad lo hacemos todos de forma distinta. Lo más bonito de nuestra profesión es que nos permite crear. Es un ejercicio de libertad que difícilmente va a converger con otros. Me motiva todo lo nuevo, lo desconocido. También la calidad, la búsqueda de nuevas soluciones y cuanto más sencillas mejor. Me motiva el hacer, el crear. He trabajado muchas horas en muchos proyectos distintos. Intento aprender en todos y aportar algo en cada uno de ellos.
¿Cómo es un día de trabajo en tu estudio?
Depende mucho del día o incluso de la semana o el mes. En general hay un ambiente tranquilo pero sin pausa. Trabajamos mucho, empezamos a las 8 de la mañana y terminamos a las 7 de la tarde. Los viernes son especiales ya que hacemos desayunos / tertulias con amigos artistas, arquitectos u otros diseñadores y así tenemos un momento con todo el equipo para comentar lo que nos ha estimulado durante la semana. Todos tenemos nuestros blogs, revistas y redes favoritas y hacemos puesta en común. Siempre tenemos música ambiente, poca luz y a Rita, nuestra perrita, que cuando no ladra al cartero está durmiendo o buscando las caricias de Marc.
¿Quién te gustaría que te llamara para encargarte un diseño?
No estaría nada mal que nos llamara Richard Branson para diseñar cualquier cosa para Virgin Galactic. Aunque, la verdad, es que ya hace tiempo que estamos disfrutando en todos los proyectos que tenemos entre manos. Ya llevamos 10 años trabajando y más de 100 proyectos acabados con éxito, por lo que me gustaría pensar que alguno de estos me va a trascender.
¿Qué objeto te gustaría poder diseñar?
Ahora, con el equipo que somos, me atrevería a decir que podemos diseñar casi cualquier objeto, solo necesitamos que alguien nos lo encargue. A mí, en particular, me gustaría poder trabajar en algún proyecto que no tenga solo un objetivo comercial, como nos pasa en la mayoría de los casos. También me gustaría tener más tiempo libre para producir objetos imprimibles y que la gente pudiera bajar los productos gratuitamente e imprimirlos en casa o poder dedicar más tiempo a la experimentación sin ningún proyecto en concreto en mente.
Cuando diseñas, ¿crees que haces objetos que solucionan problemas reales más allá de ser estéticos?
Esto es muy relativo ya que para alguien poder abrir el parasol cuando el mástil está tocando a la pared no es un problema real y nosotros diseñamos un parasol que te permite hacerlo. El mercado actual está sobresaturado de productos y parece que cada día nos tenemos que esforzar más para aportar suficiente valor a los objetos para que realmente valga la pena producirlos. Puede que el problema real a solucionar es la forma cómo estos se producen. Tenemos que buscar formas alternativas de producción y acceso a los productos que necesitamos.
¿Cómo cuáles?
Aunque estamos bastante atados a las técnicas actuales, me motiva pensar en nuevas formas de producir que no sigan lo más común, recuperando de la tradición artesanal o de otros sectores. También creo que realmente tenemos que popularizar la impresión 3D que es fantástica. Me gustaría que mis padres pudieran llegar a imprimirse los regalos. Éste último caso no es solo un nuevo modo de fabricación sino que es una nueva forma de acceso a los productos evitando costes económicos y ambientales en transporte o packaging, por ejemplo. Otra forma de acceso a los productos sería la comercialización directa de productos autoproducidos por diseñadores, que se saltan todos los intermediarios.
Roca on Wheels, un carrito de postres inspirado en la versión de Alicia en el País de las Maravillas de Tim Burton, es uno de los atrevidos encargos de los hermanos Roca que sorprende a los comensales.
¿Nos puedes hablar de tu trabajo con los Hermanos Roca?, ¿De qué pieza estás más orgulloso?
Conocí a Joan Roca en el bautizo del hijo de un amigo común en 2009 y desde ese momento nuestra colaboración ha ido in crescendo. El trabajo que hacemos para El Celler de Can Roca y todo su entorno es muy especial ya que es pura creatividad. Ellos no ponen límites, sino al contrario, me empujan para llegar aún más lejos. La última pieza que hemos hecho, el «Tocaplats», es un plato inspirado en el ciborg Neil Harbisson que, mediante una antena implantada en la cabeza, escucha los colores. Cada color corresponde a una nota definida por la longitud de onda del color. De esta forma, Neil, que ve en blanco y negro, puede distinguir los colores. De la misma forma, el plato lee los colores de la comida que se pone encima y lo traduce en música. Esto le permite a Jordi Roca crear sinfonías a partir de la comida. Suena muy complejo pero en directo es, simplemente, mágico.
Cuál es el lugar más curioso donde se te ha ocurrido una idea que luego se ha plasmado en uno de tus diseños y se ha producido.
Cenando con mi familia, ¡y ya van dos veces! El primero fue gracias a mi hija, que le encanta dibujar. Le propuse dibujar unos cubiertos y han acabado usándose para los postres de El Celler de Can Roca. Ahora estamos acabando ya la producción de nuestro último diseño, de nuevo otro cubierto, pero en este caso inspirado en mi hijo.
Si no hubieras sido diseñador, ¿A qué te gustaría dedicarte?
Me es difícil de imaginar. Me gusta modelar por lo que igual podría ser carpintero o pastelero. Por suerte, me gano lo vida haciendo lo que más me gusta.
¿Qué tiendas de diseño le recomendarías a alguien que quiera ir a comprarse un objeto?
A mí me encantan las ferreterías, puedo pasarme horas mirando piezas, herrajes, herramientas, soluciones, etc. Me encanta casi cualquier librería. Para encontrar objetos, recomendaría la nueva tienda-showroom de RS Barcelona.
Cuando viajas a otros países, ¿te inspiras en el diseño de esos países? ¿Cuáles te inspiran más?
Todos los inputs me inspiran e influyen. Cuando viajas, aunque sea por trabajo, los descubrimientos son constantes por lo que es una gran fuente de nuevas ideas. Japón ha sido uno de los destinos que más me ha influido.
Queremos agradecer a Andreu Carulla y a su equipo, el tiempo que nos han dedicado para poder realizar esta entrevista. Podréis saber más sobre él en andreucarulla.com
Entrevista, fotografía y textos equipo Slowkind
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