La nueva Tate Modern, un zigurat de Herzog & de Meuron.
Así que este verano, para celebrar lo que sería «la puesta de largo» (16 años) del museo, los arquitectos que lo proyectaron, los suizos Herzog & de Meuron, han creado una ampliación en forma de zigurat que acoge las nuevas artes experimentales. Como siempre, a la vanguardia.
El nuevo edificio no llega a sobresalir como la ya icónica chimenea de Bankside, pero sus 70 metros no dejan indiferente a nadie a ambas orillas del Támesis. La pirámide añade 21.500 metros cuadrados de superficie que acogen arte, cine y performances. Once plantas que parten de The Tanks (las sensacionales salas subterráneas del museo) y que además de crecer a lo alto, añaden el punto de torsión que les aporta un 60% extra de espacio adicional, para que los visitantes exploren hasta el último rincón.
Herzog & de Meuron se han vuelto a poner a los mandos del nuevo diseño, que es también una sorprendente combinación de espacios industriales de material visto con arquitectura de acabados refinados, característica de estos nuevos tiempos.
Relacionando un edificio y otro, el nuevo diseño exterior emplea el mismo ladrillo de la central de Bankside. La diferencia estriba en la celosía creada, un juego de encaje abierto entre el que se cuela la luz.
Cubriendo esta celosía de ladrillos, la estructura de hormigón en bruto se dobla en ángulos dramáticos, gracias a los cuales la luz pasa de maneras sorpresivas. Las ventanas aparecen en posiciones de lo más original, permitiendo que la luz solar entre por cualquier hueco, además de crear originales efectos nocturnos.
Para coronar el edificio, la nueva adquisición consta de una espectacular terraza 360º desde la que disfrutar las vistas del río, la Catedral de St Paul y el skyline de la capital británica.
Tate Modern
Bankside
Londres SE1 9TG