Martín Azúa muestra su Manantial de cerámica en Barcelona.
«La cerámica me interesa por su carácter universal y ancestral, pero también por la proximidad de la técnica cerámica a los procesos y fenómenos naturales: la tierra, el agua y el fuego interactúan de la misma manera que lo hacen en la naturaleza pero en un proceso controlado por el hombre», nos cuenta un diseñador del que nos declaramos abiertamente fans. Merecido se lo tiene.
La exploración de Azúa con la cerámica y la naturaleza nació en 1999, paseando por los bosques de su tierra natal e investigando la mancha natural sobre el material. Más tarde llegó su primera pieza comercial en cerámica: el Rebotijo de Aguadé, una revisión del tradicional botijo.
Desde el año 2012 colabora con el ceramista Marc Vidal, un excepcional alfarero. Las manos de uno y las ideas de otro se han plasmado en diversas piezas, entre las que destacamos los decantadores que utilizan las plantas y piedras para purificar el agua, o el Jarrón de Fuego, una mini chimenea de exterior.
Más recientes son los Jarrones de Piedra, presentes en la exposición y que conocimos en 2014. Son una alegoría de la decoración con temas naturales que integra literalmente piedras en la fase plástica de la producción de la pieza. Además y para la ocasión, Azúa ha utilizado también ramas secas de grandes dimensiones. Su origen las hace aún más especiales: han sido recogidas por el diseñador en sus caminatas por los montes de Opakua en Álava, idílico bosque que podemos seguir a través de su Instagram.
Las piedras y las ramas interactúan de diferentes maneras con la cerámica: las piedras deforman los jarrones de una manera sensual y delicada, mientras que los boles son atravesados por ramas que se instalan en el exterior, y que pueden servir de refugio y descanso para aves.
Una novedad son los contenedores de luz: jarrones sin base, intervenidos con cortes y deformaciones que se depositan sobre una vela. La luz vibrante de la vela revela el interior y mancha algunas partes exteriores. La intención no es hacer lámparas, sino que la luz modifique la percepción del jarrón.
«La cerámica tiene un gran potencial para innovar ya sea desde el material, la técnica, la forma, el concepto, o la colaboración con artesanos, es una experiencia única que me reconcilia con los objetos». Una exposición muy recomendable.
Manantial de Martín Azúa
Del 8 al 30 de septiembre
Galería H2O
Carrer Verdi, 152
08012 Barcelona