Casa Thomsen: entre ruinas greco-romanas y el Mediterráneo.
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De hecho, durante la excavación se hallaron dos tumbas de la época romana y una griega. Ese rincón, lejos de la muralla, entre la ciudad y el mar, formaba parte de la necrópolis. El aspecto de la casa, concebida como segunda residencia para una familia que reside en Suiza, refleja conceptualmente la relación entre el mundo de los vivos -blanco-, y el mundo enterrado -piedra-, separados por una línea de acero galvanizado.
Los propietarios tenían muy claro que querían, y así literalmente se lo expusieron al arquitecto en la correspondencia que mantuvieron : «Queremos una casa de buena calidad, con una combinación de piedras antiguas. Planeamos tener una sala principal, dos dormitorios de niños y una gran cocina abierta a la zona de estar en el primer piso. La primera planta estaría conectada -a través de ventanas con puertas correderas- a un gran espacio-terraza que ocupe el lado más soleado de la casa. También nos gustaría tener la habitación principal conectada con la terraza y el jardín y asegurar una bonita vista sobre el agua desde la zona principal de la terraza y la cocina-sala de estar».
Y he aquí todo su sueño hecho realidad. La casa está estructurada en dos plantas, la planta inferior, dedicada a servicios y zonas de ocio, se proyecta hacia la vertiente trasera del jardín y a una pineda que llega hasta la playa.
El solar es de forma rectangular y tiene una pendiente regular hacia la playa. Su extremo sur es el más soleado y es donde se encuentran las mejores vistas al mar. Ha sido en este punto donde se ha proyectado una gran terraza a la que se accede desde el salón y la cocina.
En el piso superior hay una sala de estar, una cocina comedor – abierta a una gran terraza exterior -, un lavabo de cortesía y las habitaciones de los dos niños con un lavabo para cada uno, además de la habitación suite de los padres.
En el piso de abajo se encuentra una habitación de invitados con un lavabo propio, una gran sala polivalente -que puede oficina, sala de televisión y zona de mueble bar-, un vestidor, una sala para las lavadoras, el garaje y una bodega.
La cocina está situada estratégicamente, manteniendo su propio espacio acotado por una isla central, pero al mismo tiempo disfrutando del contacto con el exterior.
En los planos retrasados respecto al plano principal de fachada, en las habitaciones y el lucernario, se ha diseñado una secuencia vertical compuesta mediante la proporción áurea respecto a su altura, que va creando un juego de luz y sombras a lo largo del día.
Un vestíbulo acristalado, que permite la transparencia de las dos fachadas, divide la planta principal en zona de día y zona de noche, abriéndose las estancias hacia el Este, al sol y a las vistas.
La zona de día se funde con el jardín mediante un amplio porche que conecta el interior con la piscina y con el mar.
La fachada del piso superior, toda blanca, juega con las texturas. Parte de los muros son de piedra pintada a la cal.
Los materiales que se han utilizado, siguiendo el concepto del proyecto, han cambiado en la planta del subterráneo y la planta baja. En la planta de abajo, donde un patio perimetral inunda de luz natural todas las estancias, el pavimento es un suelo continuo de magnesita con su color natural, mientras que en la planta de arriba el pavimento es de madera de roble americano de lama ancha y de largo variable.
Fotografías de Marcela Grassi.
Ficha técnica
Arquitecto: Guim Costa / Costa Calsamiglia arquitectura
Colaboradores: Gloria Valldeperas, Pau Vilar, Pere Vilaginés
Aparejador: Pere Cortés
Estructurista: Jordi Granada
Paisajista: Mira Schwind
Interiorismo: Gloria Valldeperas
Constructora: Construccions Fusté