El estilo limpio de Coco Lapine en un apartamento berlinés.
La casa sólo cuenta con 82 metros cuadrados pero la diseñadora la ha ampliado con una zona pública diáfana y algunos pequeños recursos que más adelante os desvelaremos. La vivienda la completan dos habitaciones y un baño, todos ellos conectados por un pasillo.
La sencillez y el minimalismo de los muebles y los colores son la base principal de cara a engrandecer el apartamento. Paredes blancas desnudas, suelos de madera y una paleta de grises son la estructura que acoge muebles, tejidos y accesorios.
El ambiente es puramente berlinés. De hecho, muchas de las piezas, tanto las antiguas como las modernas, proceden de la propia ciudad, en este caso de la firma Pamono, una plataforma que reúne colecciones boutique de diversas ciudades europeas.
Pese a ello, y quizás para delimitar las diferentes zonas del área pública, podríamos decir que el salón tiene un aire más danés y clásico a través de elementos como las dos sillas GE-270 Teak de Wegner para Getama Gedstedand, y el sofá Danish Teak Minerva de Peter Hvidt and Orla Mølgaard Nielsen. Lo completan una ilustración encima del sofá con edificios típicos de Estocolmo, una constelación de estrellas y el dibujo de una ballena, obra de la propia Coco, que también se dedica al diseño gráfico y pintura.
El aire vintage queda roto con el toque contemporáneo de la mesa Herakles handcrafted de Fundamental Berlin, y los vasos de Lyngby. “Me gusta la combinación de la suave porcelana contra la forma geométrica de la mesa”, dice la diseñadora. Del comedor, por su parte, destaca la mesa Black Easy de My Kilos, la vajilla de Broste Copenhagen y unos singulares recipientes para los huevos de mármol y en color verde.
El dormitorio principal respira confort gracias a la ropa de cama de la marca barcelonesa Mikmax y la alemana Urbanara, todo en tonos en grises. Y aquí va uno de los trucos de los que hablábamos antes para darle más dimensión a la habitación: un trampantojo con el dibujo de una ventana, obra también de la misma diseñadora.
La ropa y trastos descansan en un perchero de tipo burro y una mesita-silla de estilo Thonet.
La habitación secundaria, por último, ubica un pequeño escritorio y una cama de una plaza. La mesa es de madera blanca de My Kilos, y la acompañan una silla DSW de Charles and Ray Eames, más dibujos de ballenas y una lámpara Jieldé. El toque divertido lo proporciona el cojín Fancy finger de Lucky Boy Sunday.
Por cierto, una buena noticia para todo aquel a quien le haya gustado la casa: la vivienda no tiene un propietario específico, sino que fue diseñada para la inmobiliaria Simply Samuels. Con un poco de suerte, puede que todavía esté disponible.
Fotografías: Sarah Van Peteghem