Fran Silvestre Arquitectos crea trazas elípticas para definir la Casa Balint.
Se dispone así una casa con una fachada continua, que parece albergar una única planta y cuya condición visualmente aerodinámica hace que la mirada fugue hacia la profundidad del paisaje vecino. La vivienda se deposita liberando la mayor superficie posible en el frente sur de la parcela para aprovecharla como jardín. Los limites laterales intentan desdibujarse mediante la vegetación. El resto de elementos que configuran la urbanización recuerdan la naturaleza curva de la topografía del lugar.
El espacio interior de la vivienda se articula mediante un vacío central en el que se encuentra el núcleo de comunicación. Los espacios de servicio, las instalaciones y la cocina, permiten ortogonalizar el trazado curvo de una planta baja abierta al jardín. La planta superior con las habitaciones y la planta sótano abierta al patio dotan a la vivienda de espacios acotados.
La estructura de hormigón de la planta baja sostiene mediante cuatro soportes el arco de cubierta del que cuelga el forjado de la zona de noche. Esta estructura se recubre mediante una fachada ventilada monolítica realizada con un Solid Surface que con simple curvatura y sin necesidad de termoconformarse se adapta a la geometría de la pieza.
El resto de materiales van del blanco al negro pasando por todos los grises.
Por último, destacar el detalle importante de la construcción de una alfombra de luz que transforma, con el paso de las horas, el interior de la casa.
Fotografías cortesía de Fran Silvestre Arquitectos