Belleza Fabricada, muestra retrospectiva del diseñador Jean Prouvé en Madrid.
La exhibición se desarrolla de forma cronológica en diez secciones, cada una ellas con dibujos originales y fotografías acompañadas de textos críticos. La muestra abarca incluye también un gran número de piezas de mobiliario, maquetas de arquitectura, fragmentos de edificios e, incluso, una Casa 6×6: una espectacular vivienda prefabricada, realizada para los damnificados de la II Guerra Mundial. Los objetos y documentos que podrán verse, la inmensa mayoría por primera vez en España, proceden de los fondos del Centro Georges Pompidou (París), los Archivos Departamentales de Meurthe-et-Moselle (Nancy) y la galería parisina Patrick Seguin.
La exposición irá acompañada de una monografía bilingüe español-inglés, abundantemente ilustrada y con artículos de importantes especialistas en la obra de Prouvé, incluidos su hija Catherine Drouin- Prouvé y el editor de su obra completa Peter Sulzer.
La inauguración oficial de Belleza Fabricada: la Vigencia de Prouvé tendrá lugar el próximo 7 de septiembre, cuando se celebrará una mesa redonda y la presentación de la exposición Belleza Fabricada: la Vigencia de Prouvé. En la mesa redonda participarán Elena Ochoa Foster, directora y fundadora de Ivorypress, Catherine Drouin-Prouvé, representante de la familia de Jean Prouvé, Norman Foster, arquitecto y comisario de la exposición, y Luis Fernández-Galiano, arquitecto y comisario de la exposición.
Belleza Fabricada: la Vigencia de Prouvé 1 de septiembre al 12 de noviembre de 2011 Ivorypress Art + Books Space I Comandante Zorita, 48 Madrid Lunes-Viernes 10:00 a 14:00 h / 16:30 a 19:00 h Sábados 11:00 a 14:00 h Más información en Ivorypress Art + Books
Jean Prouvé , un arquitecto-ingeniero
De la originalidad de sus primeras piezas de mobiliario a la sofisticación de sus sistemas constructivos posteriores, la obra del genio francés es un ejemplo de compromiso con la prefabricación y la industrialización, pero también con una inagotable experimentación que hacen de él un caso único en la historia del diseño y la arquitectura del siglo XX.
Miembro fundador de la Unión de Artistas Modernos, activo en la Resistencia francesa, alcalde de Nancy, director de una fábrica autogestionada de más de 300 obreros en Maxéville, profesor del Conservatorio de Artes y Oficios de París (CNAM), consultor independiente… la carrera de Prouvé es un ejemplo de compromiso con los avances técnicos, pero también sociales, de su tiempo.
Educado en el ambiente artístico de la modernista Escuela de Nancy (de la que uno de sus máximos representantes fue su padre, el pintor Victor Prouvé) y formado en la forja del metal, Jean Prouvé (París, 1901 – Nancy, 1984) se autodefinía, sin embargo, como “constructor”, y Le Corbusier –uno de los numerosos arquitectos de la vanguardia que colaboró con Prouvé– le apodaba “el arquitecto-ingeniero”. Su carrera se centró en buscar el máximo aprovechamiento de las técnicas y los materiales disponibles en cada momento, especialmente en el campo del metal, empleado para ello una elaborada intuición constructiva y estructural refrendada por la praxis y la creación de prototipos, que le llevaron a concebir y fabricar con igual éxito desde exquisitas piezas de mobiliario (como las butacas Cité o la Visiteur, convertidas en iconos del diseño del siglo XX), a componentes de edificación e, incluso, edificios completos, desmontables e industrializados.
Entre sus obras arquitectónicas más relevantes se encuentran algunas tan significativas como la Casa del Pueblo de Clichy (realizada en colaboración con los arquitectos Eugène Beaudouin y Marcel Lods, y donde Prouvé diseña uno de los primeros ‘muros cortina’); la Maison Tropicale (una casa prefabricada, equipada con sofisticados sistemas de acondicionamiento climático, diseñada con su hermano, el arquitecto Henri Prouvé); su propia casa en Nancy (levantada con piezas sobrantes de su fábrica de Maxéville, precisamente en los años en que los socios capitalistas de la empresa le obligaron a abandonarla); el Pabellón del Centenario del Aluminio (uno de los pocos edificios de su completa autoría, enteramente desmontable); la nave de bebidas del manantial Cachat en Évian-les-Bains (donde pone a prueba el original sistema estructural de ‘muletas’ que luego emplearía en varias escuelas); o el Palacio de Exposiciones de Grenoble (realizado junto a su hijo, el arquitecto Claude Prouvé, y el ingeniero Léon Petroff, y donde desarrolla un nuevo sistema estructural en celosía espacial de gran eficacia).
.