Rosa Muerta, una casa-manifiesto en el desierto de California.
Situada en Joshua Tree, en el desierto de California, esta casa es el sueño experimental de su arquitecto Robert Stone, un joven emprendedor californiano que ha querido apostar por una nueva forma de hacer arquitectura. Rosa Muerta es su casa-manifiesto, donde expresa su personal visión de una nueva estética.
Robert Stone no esperó a que ningún cliente le encargara la casa de sus sueños. Tras licenciarse en UC Berkeley y trabajar durante una década en un estudio de Los Ángeles, decidió construir casas singulares en el desierto de California y alquilarlas a través de su negocio Pretty Vacant Properties. Según el propio Stone, Rosa Muerta es una casa post-moderna que huye de las referencias arquitectónicas turísticas de la zona, y busca un lenguaje estético a partir del contexto físico y cultural en el que se encuentra, pero sin repetir los arquetipos constructivos tradicionales. “Esta es una arquitectura independiente basada en el D.I.Y (do-it-yourself, hazlo tú mismo) americano de raíces artístico-punks. Este movimiento ha engendrado toda la música y el cine contemporáneo independiente desde los años ‘70… ahora finalmente ha llegado a la arquitectura”.
Más allá del espíritu visionario de su arquitecto, Rosa Muerta recoge la mezcla de influencias artísticas y arquitectónicas que colisionan en este autor. La casa es un pabellón horizontal con claras influencias de Mies van der Rohe y Robert Smithson, pero también muestra guiños de low-culture como los corazones, las flores o los espejos , que recrean un ambiente teatral y casi dramático. La vivienda dispone de 124 m2 construidos en un solar de 12.000 m2, localizado en medio del desierto del sur de California. Construida parcialmente hundida para potenciar su horizontalidad, la casa dispone de un único dormitorio, un living exterior con spa y chimenea, una pequeña cocina y un baño. Ciertamente una vivienda singular.
