El diseño supera su dimensión estética reafirmando el valor estratégico de su propuesta
El Foro de Marcas Renombradas Españolas y Futurea han presentado un estudio que revaloriza el papel del diseño como herramienta competitiva esencial para el desarrollo financiero de las empresas del país.
Lo bello y lo útil
La funcionalidad de la estética, más allá de lo bello. La disciplina del diseño siempre ha respondido a la búsqueda de la belleza: las líneas deben garantizar la adecuación a un canon determinado, el proyecto debe ajustarse a un molde concreto. Sin embargo, el diseño alza la voz y no se resigna a contemplarse el ombligo en una cárcel de esplendor estéril.
Así lo recoge el informe elaborado por el Foro de Marcas Renombradas Españolas (Fmre) y Futurea en la primera edición del Spain Design Index 2023 (SDI). El estudio pone en valor la importancia del diseño como factor fundamental para la estrategia financiera de la empresa española.
La encuesta, que ha contado con la colaboración de la Oficina Española de Patentes y Marcas (Oepm), ha señalado que las firmas que consideran el diseño como pieza esencial de su actividad facturan un 19,6% más respecto a las que no lo tienen en cuenta como estrategia determinante. Lo bello adquiere un matiz pragmático que va más allá de la obsesión por un ideal. Pero ¿hasta qué punto las empresas dan un valor real al diseño como herramienta para mejorar sus cifras económicas?
El estudio es muy revelador si busca responder a esta pregunta. El 37,8% de los encuestados asegura que el diseño es un recurso competitivo dentro de la estrategia empresarial. De esta manera, existiría un objetivo sustancial y dirigido dentro de los procesos de creación y marketing de las firmas para vender y distribuir sus productos y servicios desde una óptica que, tras el telón de la belleza, perseguiría un beneficio económico.
El 64,3% de las empresas trazan una relación directa entre diseño e innovación
Esta búsqueda por añadir al diseño un factor que trascienda la belleza va muy ligado a un discurso que tiene como eje principal el argumento de la innovación. Según el informe, el 64,3% de las empresas trazan una relación directa entre diseño e innovación, siendo el segundo un pretexto necesario para fomentar la creatividad y la manera de interactuar con los clientes. En este caso, la innovación tendría en cuenta un diseño que se vería reforzado por esta intención y, aunque como motivo secundario, recibiría el beneficio en forma de crecimiento y desarrollo.
La competitividad en las estrategias de diseño adquiere, tras el alegato de la innovación, un peso mayúsculo cuando se trata de posicionar a la empresa a nivel internacional. La mayor facturación de las empresas que tienen en cuenta el diseño se explica, en parte, gracias a que el 87,3% de las firmas encuestadas considera que la disciplina abre puertas y mercados, ayudando a competir con éxito en las esferas globales.
En esta dirección, el diseño exigiría un discurso que observara a los demás proyectos y los tuviese en cuenta a la hora de buscar un valor que potenciase su propia propuesta, lejos de la mera contemplación primaria con la que empezábamos a avanzar en este artículo, ante el espejo circular de lo bello.
Sólo el 4% de las empresas ha desinvertido en servicios de diseño de marketing y comunicación
Es tan alta la consideración por el diseño, lejos del prejuicio que vincula su esfera a la búsqueda de lo bello que el SDI trata de borrar, que el informe destaca que sólo el 4% de las empresas ha desinvertido en servicios de diseño de marketing y comunicación, con un 12% que confirma que invertirá en este campo de forma notable y prioritaria durante los próximos dos años.
Es una incógnita descifrar el peso que alcanzará el diseño como pilar esencial de la estrategia financiera de las empresas. Lo que es incuestionable es el interés progresivo que marca la tendencia del SDI, y la revalorización del diseño como actividad superior al amor por lo bello, que quiere escapar, a toda costa, de su cárcel de amor.