Rehabilitación bioclimática en Torrelodones, por el estudio Mínima.
Helena y Juan Ramón forman Mínima, un estudio que apuesta por la arquitectura comprometida con sus habitantes y el medio ambiente. El equipo proyecta esta rehabilitación bioclimática en Torrelodones.
Diseñada en colaboración con Francesco Mónaco, este proyecto de rehabilitación toma como argumento principal la biofilia. Un sentido de conexión con la naturaleza desde el que los arquitectos desarrollan una cuidada intervención que mima cada detalle.
El rotundo volumen preexistente
La construcción original consiste en un volumen rotundo de muros de mampostería y cubierta a dos aguas con estructura de madera. «Una pieza muy sencilla y elegante, pero apenas tiene relación con el espacio ajardinado que la rodea», explican desde Mínima.
Abrirse al entorno
Los propietarios querían abrir la zona pública de la casa al entorno natural y mejorar su exposición al sol. Para ello, se opta por abrir la fachada sur al jardín a través de una nueva pieza acristalada.
Secuencia espacial
Concebida como la prolongación de la cocina, con un porche a cada lado para protegerse del asoleo estival, esta pieza establece una secuencia espacial entre el interior de la casa y una zona ajardinada exterior. Esta última, cubierta por una pérgola por la que trepa una característica enredadera de glicinia.
Piedra recuperada, vidrio y madera
«La pieza tiene una geometría muy sencilla, que dialoga sin competir con el volumen existente», cuentan Helena y Juan Ramón. Utilizando el mismo lenguaje de la construcción original, se construye con piedra recuperada del local de la antigua caldera y cubierta plana con estructura de madera.
Esta rehabilitación bioclimática materializa a la perfección la filosofía de este estudio de arquitectura afincado en El Escorial. Un entorno desde el que Helena y Juan Ramón desarrollan proyectos personalizados, con la calidad de vida y la sostenibilidad como eje central de su trabajo.
Fotografía: José Luis de Lara