Gucci hackea los interiorismos de Kubrick.
Bajo el nombre de Gucci Exquisite, la última campaña de la casa de moda italiana recrea el marco semántico del célebre cineasta. Fiel a su eclecticismo y osadía, el director creativo Alessandro Michele muestra los diseños de Gucci y su colaboración con Adidas en idénticas reproducciones del Korova Milk Bar (La naranja mecánica), la nave espacial Discovery 1 (2001: Una odisea del espacio) o la alfombra de geometrías setenteras del Hotel Overlook (El resplandor).
Alessandro y el cine
«Siempre he imaginado mis colecciones como pelis capaces de plasmar la cinematografía del presente», explica Alessandro Michele. El cine y su lenguaje creativo han tenido una evidente influencia en el diseñador romano de melena mesiánica, que dirige el departamento creativo de Gucci desde hace siete años.
Para muestra, un botón: en 2020 se alió con el cineasta Gus Van Sant para crear el GucciFest, festival digital que sustituyó el habitual desfile de la marca en la Semana de la Moda de Milán. En él fusionaba esta amalgama entre cine y moda, involucrando a iconos millennials como Billie Eilish o su golden boy Harry Styles.
Ahora, con la nueva campaña Gucci Exquisite, Michele se sumerge de lleno en el universo cinematográfico de Stanley Kubrick, de la mano de Christopher Simmonds (ex Dazed & Confused) en la dirección de arte, y el dúo de fotógrafos Mert & Marcus tras la cámara.
Gucci Exquisite
El resultado no puede ser más espectacular. El contraste de las prendas Gucci y Adidas enclavadas en los interiorismos kubrickianos atrapan al espectador. Todos los detalles, hasta el más mínimo, están reproducidos u homenajeados con una precisión e ironía extraordinarias.
“Gucci Exquisite es mi tributo al cine y a uno de sus más brillantes maestros: Stanley Kubrick. Un cineasta filosófico que ha sabido, mejor que otros, restituir la magia de ese nudo inextricable a través del cual el cine destila y ensalza la vida misma», detalla Michele. Y añade «Su habilidad para construir historias desbordantes de significado que atraviesan fronteras e invalidan etiquetas siempre me ha resultado profundamente inspiradora».
Gracias a Alessandro Michele y a su equipo volvemos a sumergirnos en el bar lácteo Korova, el mismo donde Alex DeLarge y sus drugos tramaban violentas fechorías; viajamos hacia Júpiter en la nave espacial Discovery 1; o nos arreglamos para una fiesta de máscaras en el vestidor de Bill y Alice Harford. Todo ello, eso sí, rodeados de modelos Gucci.
Los inolvidables diseños de vestuario que la italiana Milena Canonero diseñó para la mayoría de películas de Kubrick también están presentes. De hecho, ella misma los ha comisariado. Destacan los trajes de época de Barry Lyndon (por que que se llevó un Oscar), que ahora se mezclan ávidamente con el estilo moderno de la casa Gucci.
Todo adquiere un carácter icónico, simbólicamente sofisticado, y a la vez muy pop, reconocible también por las nuevas generaciones. Porque, aunque no hayan visto ninguna de sus películas, las creaciones de Kubrick forman parte del imaginario colectivo, igual que La Gioconda o Los Simpson.
Un acto de amor
Michele se refiere a la campaña como un acto de amor. «He decidido rehabitar los filmes de Kubrick y llevar al límite su enfoque incendiario. Me he tomado la libertad de desarticular, combinar, injerir y reestructurarlos. Fiel a mi praxis creativa, he intervenido sus películas para resemantizarlas y poblarlas con mi ropa. He aspirado a crear cortocircuitos en los que el vestido Adidas, ya desprovisto de su condición de prenda deportiva y convertido en traje victoriano, aparece en forma de un nuevo personaje en el guion de Barry Lyndon. El vestido diseñado por Laura Whitcomb –con el que Madonna conquistó Nueva York en los años noventa– se integra en las escenas góticas de El resplandor. Por su parte, el maravilloso vestido de noche adornado con suaves volantes de tul invade el espacio aséptico y distópico de la nave Discovery One en 2001: Una odisea del espacio. Este juego situacionista mezcla planos históricos, referencias y experiencias. El pasado irrumpe en el presente. Todo tiene el potencial de convertirse en otra cosa. Como en aquella famosa escena de la obra maestra de Kubrick en la que el hueso se transforma en una nave espacial. Como en la vida misma».
Dirección creativa: Alessandro Michele
Dirección de arte: Christopher Simmonds
Fotografía y dirección: Mert & Marcus
Maquillaje: Thomas De Kluyver
Peluquería: Paul Hanlon
Créditos musicales de la campaña de vídeo.
«Title Music from A Clockwork Orange» (de «Music for the Funeral of Queen Mary» de Purcell, con arreglo de Wendy Carlos). Escrita e interpretada por Wendy Carlos, Rachel Elkind. Publicada por Tempi Music. Derechos de ejecución: BMI. Cortesía de Serendip LLC.
«Clockworks (Bloody Elevators)». Escrita e interpretada por Wendy Carlos, Rachel Elkind. Publicada por Tempi Music. Derechos de ejecución: BMI. Cortesía de Serendip LLC.