Elegante piso en Donosti con colores pastel y juegos geométricos.
El interiorista Mikel Irastorza ha reformado y decorado un piso en Donosti mezclando texturas naturales y formas geométricas con elegancia y emoción. Un capricho de colores pastel a orillas del Cantábrico.
En diálogo con el contexto
Ubicado junto al palacio Kursaal, en San Sebastián, y con todo el aroma del Cantábrico, este piso reformado por Mikel Irastorza, rezuma belleza y emoción. En sus 100 m2, el interiorista ha creado espacios que dialogan con el contexto y con el propio edificio, original de los años 70, con su fachada de juegos cilíndricos. «Fijamos esta referencia arquitectónica y geométrica como el hilo conductor de la puesta en escena», explica Irastorza. «Una premisa a la que se unió la de introducir luz y el color del mar en el interior«.
Formas geométricas y color
Formas redondeadas y geométricas crean la narrativa de este proyecto. Las paredes del salón están forradas con espejos curvos, y las del recibidor con un papel pintado de estilo cubista, a conjunto con mobiliario de formas redondeadas. Incluso, las obras de arte también juegan un papel en estas composiciones. El equilibrio, la calma y el tono suave, completan esta propuesta llena de armonía. En ella, se buscó, precisamente, crear el refugio vacacional de la familia. Una casa en la que se respirara paz.
Espacios abiertos
Este concepto vacacional se refleja también en los espacios diáfanos, enfocados en lo social y en las vistas. Con cristaleras que miran al mar, la zona común es totalmente abierta. En ella, comparten estancia cocina, comedor, salón y hall. La sensación de amplitud y luminosidad de esta zona se ve potenciada por el tabique-espejo colocado tras el sofá Koo. Junto a él, una bonita lámpara de techo de B.Lux dialoga con la chaise longue Thai Natura.
Un dormitorio muy especial
El dormitorio conecta con el salón a través de una puerta corredera. Envuelto en un papel pintado texturizado en relieve de Elitis, muestra un aspecto sofisticado y muy especial. La ropa de cama, de linos y algodones en tonos arena aportan un toque natural. Mientras, las lámparas cónicas y suspendidas de Weber & Ducré son las encargadas de poner la pincelada contemporánea. La delicadeza del color azul, combinado con las formas suaves, da a esta estancia una calidez y emoción tangibles y precisas.
Jugando con las formas y las dimensiones
En cuanto al mobiliario de toda la casa, se seleccionaron piezas simples y elegantes que transmiten serenidad y juegan con las texturas y las tonalidades pastel. Los diferentes conjuntos crean rincones acogedores y diferentes escenas que se conectan entre sí. Entre los distintos elementos decorativos hay, además, un juego de dimensiones inesperadas que crea sorpresas visuales. Por ejemplo, las lámparas mini sobre la mesa del comedor o la de pie de porcelana de gran tamaño junto al sofá.
Fotografías: BiderBost Photo