Ceramics Cu: la versión moderna de un arte ancestral.
La nueva colección de Álvaro Catalán de Ocón combina el arte de la cerámica y la cestería, introduciendo materiales metálicos como el cobre y aplicando nuevas técnicas a la hora de grabar las piezas.
Aplicar una producción en serie y obtener piezas únicas, ¿es posible? Sí, con la ingeniería adecuada. Si además dicha técnica imita los métodos tradicionales de elaboración, podemos decir que estamos ante una máquina más que inteligente. Casi humana. Si bien, nada de ello hubiera sido posible si la experiencia de los artesanos que han colaborado previamente con el diseñador industrial Álvaro Catalán de Ocón en este y otros proyectos.
Ceramics Cu es el nombre de una colección resultante de un proceso que parece más fruto de la química que de la tecnología. Porque cada pieza ofrece colores y ornamentos únicos tras pasar por el proceso de cocción.
Un proceso innovador que explicaremos a continuación y que representa las posibilidades de dibujo que un conjunto de instrucciones mecánicas y eléctricas pueden lograr a nivel industrial.
El proyecto nace de la experiencia del diseñador madrileño en otro de sus proyectos con firma propia: las PET Lamp, una serie de lámparas hechas a partir de botellas recicladas y de bambú, trabajando este último mediante técnicas artesanales empleadas en distintos países.
El estudio ha aplicado sus conocimientos tecnológicos a sus inclusiones en la cestería, uniendo por otra parte dos de las artesanías más antiguas del mundo: la alfarería y la elaboración de cestas y canastos, ambas necesarias para el almacenaje de bienes y alimentos. Algunos vestigios arqueológicos muestran incluso la interrelación entre ambas en una misma pieza.
Un material que también ha acompañado a la humanidad desde sus orígenes es el cobre, el tercer protagonista de la colección Ceramics Cu.
¿En qué consiste el proceso?
Básicamente, en imitar la acción del fuego a la hora de gravar la arcilla mediante un tejido de malla que, durante el proceso industrial, se proporcionará dibujos mecánicos.
Diferentes fases configuran el proceso. En la primera, los jarrones se moldean a mano utilizando una malla de cobre industrial como recipiente, la cual proporcionará dibujos y colores únicos durante la cocción. En esta parte, Catalán de Ocón ha contado con la participación de la Escuela de Arte Francisco Alcántara Cerámica, en Madrid.
La segunda fase se centra en la consecución de una producción en serie. Para ello, han desarrollado una máquina capaz de fabricar un tejido circular a partir del cobre, usando diferentes variables de altura, giro, velocidad, tipo de nudo y grosor del alambre.
La máquina teje alrededor de la pieza cerámica elaborada previamente, la cual ya disponía de un motivo gravado, y añade sus propios patrones abstractos fruto de las variables mencionadas en el párrafo anterior. De modo que cada fase deja su marca en la pieza final, siendo cada una diferente del resto.
La primera colección de Ceramics Cu está formada por jarrones rectos de formato cilíndrico. Se presenta en cuatro tamaños: pequeño, mediano, grande y extra grande.
Ceramics Cu vio la luz por primera vez durante la pasada semana del diseño de Milán, en el Spazio Rossana Orlandi.