Micro-vivienda con jardín en Shanghai.
En la planta baja de una antigua vivienda en Shanghai, el estudio de arquitectura Atelier tao + c ha diseñado el mini apartamento U-shape room, en lo que originalmente era una sala de baile.
Construida en 1930 durante el periodo de la concesión francesa en Shanghai y originalmente ocupada por una familia burguesa, la casa se convirtió durante unos años en el lugar de residencia de varias familias. Cada una ocupaba una habitación y compartía las cocinas y baños comunes situados al otro lado del corredor. Las malas condiciones de higiene y la falta de privacidad hicieron que poco a poco las familias fueran mudándose y la casa quedase finalmente vacía.
Una antigua sala de baile
En la planta baja, la sala de 42 metros, que originalmente albergaba una sala de baile y más adelante fue la residencia de una pareja, ha sido ahora transformada en este apartamento.
Micro-arquitectura
Para ello, los arquitectos han insertado un gran mueble, concebido como «micro arquitectura». Construido en madera contrachapada de arce, forma una estructura independiente que ocupa gran parte de la habitación. De esta forma, paredes, ventanas y techo de la vivienda en Shanghai quedan intactos.
Integrado en el volumen original, incorpora en su interior todas las funciones necesarias de una vivienda. Desde el baño o la cocina, a armarios, estanterías, escalones y rincones donde conversar. Un interesante juego de volúmenes y una superposición de capas crean diferentes nichos, separando la sala de estar del comedor.
Con planta en forma de U, la estancia abre al jardín trasero a través de una fachada de facetas acristaladas.En la intervención, Atelier tao + c explora las posibilidades que ofrece el espacio. Tanto como lugar de residencia de una pareja, como la de una sola persona.
Sobre los muebles se crea un nivel elevado, donde se sitúan los espacios más privados. Un colchón incrustado en el zócalo alberga el dormitorio, y el escritorio avanza hacia la esquina para construir el estudio. Los huecos y dobles alturas potencian la relación visual y espacial entre los dos niveles.
Para conectar los dos niveles, los arquitectos proponen dos opciones. Una escalera de madera, que comunica la sala de estar con el dormitorio, por un lado, y una delgada escalera metálica entre el estudio y el comedor.
Fluidez espacial
El juego espacial permite que la planta original, de 42 metros cuadrados, se multiplique en un espacio mucho mayor. El proyecto final alberga una cocina-comedor de 20 metros cuadrados, un baño de 4, un vestíbulo con armario de 5, un dormitorio de 15 y un estudio de 4.
La función normalmente asumida por paredes y suelos es aquí reemplazada por muebles, que adquieren una condición casi arquitectónica. Sin pared separadora, la luz penetra en la habitación.
Pavimentada con las baldosas cerámicas rojas normalmente utilizados en los parques de Shanghai, la planta baja se convierte en una prolongación del exterior. Dentro, la casa alberga un «paisaje de vida interior».
Fotografía: Tian Fang Fang
