50 anni IED, medio siglo creando diseño.
El Istituto Europeo di Design conmemora 50 años de enseñanza de diseño con una exposición en Milán: La luna è una lampadina. 50 anni IED. La muestra ha protagonizado el mes de noviembre en la Triennale de la capital lombarda, y diarioDESIGN tuvo el gran honor de asistir a su inauguración. Triste e inesperadamente, unos días después falleció el fundador de la escuela, Francesco Morelli.
Años 60 en Milán
Nos trasladamos a los años 60; concretamente, a 1964. La canción italiana marcaba el ritmo en Europa, y Enzo Jannacci ponía voz a los textos de Dario Fo. La luna è una lampadina, attaccata al plafone, e le stelle sembrano limoni tirati nell’acqua (La luna es una bombilla colgada del techo y las estrellas parecen limones sobre el agua). Con esta frase en mente, en 1966 nace gracias a Francesco Morelli el Istituto Europeo di Design. Porque mirar con los ojos del diseñador quiere decir precisamente eso: capacidad visionaria, gran intuición, capacidad de creación de proyectos, e ironía.
Fiesta de inauguración de la exposición en la Triennale
Alessandro Mendini, en la exposición de la Triennale
Su visionario fundador, tristemente fallecido al poco de ver la gran celebración del cincuentenario de la escuela, veía la profesión del diseñador como muy compleja. «Se requiere un conocimiento universal y exhaustivo a varios niveles. Y al mismo tiempo, grandes aptitudes multidisciplinares en ámbitos como la tecnología, la economía, las humanidades y la historia». Morelli quería que el IED fuera complejo. Que pudiera evolucionar con la sociedad y estar siempre al día en términos formativos.
Una escuela abierta al mundo
En estos 50 años, el IED ha cruzado las fronteras, llegando a España y Brasil. Pero manteniéndose como la única escuela de formación en el ámbito creativo que ha mantenido una matriz totalmente italiana. Cuenta con un método sencillo, pero innovador: formar a los estudiantes combinando teoría y práctica, a partir de los conocimientos adquiridos en clase gracias a los profesionales del sector. Da importancia a la creatividad y también al mercado laboral, sin olvidar la vocación por encima de todo. Los jóvenes, su formación y su educación, han sido siempre el punto de mira del IED. La escuela que con una visión innovadora e internacional, ya en los años 60 miraba hacia Europa.
La exposición celebrada por su medio siglo de vida, siguiendo esta filosofía, se zonificaba en dos partes: un cronograma histórico y los talleres abiertos al público. No puede entenderse el IED sin su visión práctica del diseño; es por eso que en su cincuenta aniversario no podían faltar sesiones para que el público pudiera experimentar y tocar tal y como hacen los alumnos en aulas y talleres.
Seguimos con palabras de Morelli, que hoy más que nunca toman especial significado. «Para el futuro quiero dejar un IED que piense en los jóvenes estudiantes y se centre en ellos en todo momento, pues son los verdaderos impulsores de nuestro trabajo. Y además se les ofrezca un gran número de oportunidades, que no se limiten a su barrio, sino que abarquen el mundo entero».
En la emblemática Triennale de Milán, algo así como el ‘museo del diseño’ en la capital lombarda, se ha celebrado el aniversario de la escuela como una historia. La historia de una comunidad global de jóvenes, creativos, estudiantes, profesores, profesionales y empresas. La historia de diferentes personas que se han encontrado e intercambiado ideas en el IED. Y que, con sus competencias, después han recorrido el mundo transmitiendo una cultura común del proyecto. De esta forma, se ha creado a lo largo de estos 50 años una red de ideas y valores compartidos muy ramificada: el Istituto Europeo di Design es hoy en día una red internacional con 11 sedes en 3 países.
Larga vida al IED.