Nuno Pimenta reflexiona sobre la condición periférica de las Azores.
Estas islas de Portugal se definen, en parte, por la continua búsqueda de nuevos horizontes, ya sea por necesidad económica, por curiosidad o debido al sentimiento de claustrofobia asociado a estas porciones de tierra siempre rodeadas de mar.
“Two Manifolds” –manifold o variedad en castellano es un concepto matemático referido a un espacio abstracto- explora esta condición insular; esa relación bipolar entre el acto de ir o quedarse. Según el arquitecto, invoca el deseo de elevarnos para poder ver un poco más a través de este horizonte, aparentemente infinito, esa línea difusa pero concreta que define una periferia incierta.
Este punto de vista se encuentra en Santa Clara, un enclave a las afueras de la localidad de Ponta Delgada, en la isla de San Miguel. Aunque se trata de una zona desfavorecida, en ella se ubica el puerto de esta ciudad, uno de los principales puntos de intercambio entre el archipiélago y el resto del mundo.
De esta manera, era importante crear una nueva centralidad en esta periferia urbana y destacar la condición también periférica de las Azores en el contexto europeo.
“Two Manifolds” crea así un hito, una espacio de parada y un punto de observación, un cruce de diferentes vectores que conectan el lugar con su universo circundante y con la condición política y geográfica de las Azores.
La pieza consta de dos niveles: un nivel superior para la observación y la introspección, uno inferior para el descanso y la estancia, y tres direcciones predominantes que establecen relaciones con diferentes grados de proximidad al lugar.
Cada uno de estos niveles está realizado con materiales con diferentes resistencias al tiempo y fueron construidos a través de procesos de autoconstrucción y en colaboración con artesanos y voluntarios locales.
Teniendo en cuenta la ubicación – una zona inhóspita expuesta al mar y los vientos – el nivel inferior se compone de tres bancos de hormigón, inspirados en los grandes tetrápodos – estructuras formadas por cuatro ejes empleadas en ingeniería para construir rompeolas- que protegen esa zona del mar. Estos bancos sugieren una nueva centralidad y, debido a su carácter permanente, remarcan la intencionalidad de la pieza en caso de tormentas severas.
El nivel superior está construido en madera cryptomeria (o Sugi, un árbol endémico japonés también abundante en la isla de San Miguel). De carácter temporal, es fácil de desmontar, almacenar y mantener.
Tres puntos de vista
Esta caja de madera tripartita, que recuerda a las de los embalajes, señala tres lugares estrechamente ligados al contexto local y al contexto geográfico del archipiélago: la primera dirección, la de la entrada, apunta a Santa Clara e invita a sus residentes a visitar el mirador. La segunda, que se eleva hacia el mar, domina el puerto de Ponta Delgada, punto de llegada y salida de la isla. La tercera nos dirige a la dirección opuesta al centro político europeo y nos recuerda la ultraperiférica condición geográfica y política de este archipiélago, animándonos a expandir esta ultraperiferia con nuestros propios ojos.
Fotografías: © Rui Soares
Más info en: www.nunopimenta.com