Fondazione Prada: el arte más allá del museo, en Milán.
El proyecto concebido por OMA permite la coexistencia entre dos condiciones: la conservación de lo existente y la creación de una nueva arquitectura, a través de una permanente interacción. Para ello se combinan los siete edificios del emplazamiento original con tres de nuevo cuño: Podium, Cinema, y Torre, este último aún en proceso de construcción y que se abrirá al público más adelante.
El espacio acoge una colección permanente de arte, y deja espacio a diversas exposiciones temporales en las que se pretende que las obras «bajen de la pared o el pedestal en el que estamos acostumbrados a verlas» e interactúen con el público. En la actualidad se pueden visitar Serial Classic, An introduction, In part o Roman Polanski: My inspirations.
Otro lugar destacado de la Fondazione es la Accademia dei Bambini, el primer proyecto específicamente creado para niños y niñas de la firma, que ha sido desarrollado por la neuropediatra Giannetta Ottilia Latis, y cuya concepción arquitectónica han llevado a cabo estudiantes de la École nationale supérieure d’architecture de Versailles, tutorizados por los profesores Cédric Libert y Elias Guenoun.
El resultado es un espacio flexible, que permite diferentes configuraciones dependiendo de los programas que acoja. El escenario ideal para llevar a cabo actividades multidisciplinares y un diálogo intergeneracional, no siempre relacionado con las exposiciones.
Eso sí, a pesar de ocupar su propio espacio, está permanentemente unido a la Fondazione, especialmente en espacios como el Cinema o las zonas abiertas. El objetivo es familiarizar a los más pequeños con el proyecto cultural general, mediante puntos de vista espaciales y también culturales.
Y no podíamos dejar de nombrar la gran perla que oculta la Fondazione Prada en su interior: el Bar Luce, diseñado por el director de cine Wes Anderson. Un espacio con su propia entrada que recrea los típicos cafés milaneses y que quiere funcionar también como punto de encuentro de los vecinos del barrio.
A pesar de que una de las características de sus películas son las simetrías, Anderson cree que «no hay ángulo ideal para este espacio. Es para la vida real, por lo que debe tener numerosos buenos lugares para comer, beber, hablar, leer, etc. Aunque yo creo que sería un buen escenario de película, creo que sería un mejor lugar para escribir una película . Por ello traté de crear un bar donde me gustaría pasar mis tardes de no ficción’.
Algunos detalles arquitectónicos y decorativos de la estructura original se han conservado, como el techo de arcos, que recrea una versión mini del techo de cristal abovedado de la Galleria Vittorio Emanuele, uno de los edificios emblemáticos de Milán. Otros elementos clave de la Galleria se también son imitados en el interior, creando así un patrón de lujo para la parte superior del bar.
Para el diseño interior, los asientos, muebles de formica, el suelo, paneles de pared de madera contrachapada y la gama de colores empleados son una reminiscencia de la cultura popular italiana y la estética de los años 1950 y 1960, haciéndose eco de las decisiones artísticas de las que Anderson se sirvió para su cortometraje Castello Cavalcanti. Otras fuentes iconográficas también son cinematográficas: en particular dos obras maestras del neorrealismo italiano, rodadas en Milán: Miracolo a Milano (Milagro en Milán, 1951, Vittorio De Sica) y Rocco e i suoi fratelli (Rocco y sus hermanos, 1960, Luchino Visconti).
El Bar Luce está abierto cada día de 9 de la mañana a 10 de la noche.
Fotografías: Attilio Maranzano. Cortesía Fondazione Prada
Fondazione Prada Milano
Largo Isarco, 2
20139 Milán
T. +39 02 5666 2611
www.fondazioneprada.org