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Arantza Álvarez
14 noviembre 2012

Nueva sede social de la Caja de Ahorros de Badajoz, diseñada por Estudio Lamela.

La propuesta de Estudio Lamela para la nueva sede de la Caja de Ahorros de Badajoz responde a los requisitos de diseño de un edificio que represente los valores de una entidad que apuesta por el futuro, comprometida e identificada con la sociedad extremeña. El edificio fue inagurado el pasado mes de enero de 2012.
Dar respuesta a condicionantes esenciales de la ciudad pacense fue la premisa que guió a Estudio Lamela a la hora de proyectar  la implantación del edificio de la Caja de Ahorros de Badajoz en el lugar. El primero de estos condicionantes fue la creación de un nuevo polo urbano de dinamización, y el segundo, la presencia del río Guadiana, elemento fundamental en el proyecto que genera los trazados principales de la urbanización de la parcela y condiciona la edificación orientándola hacia él.

La respuesta urbana se completa con la creación de dos plazas, una situada en el sur del ámbito de intervención, antesala del auditorio y de la sucursal principal, y otra más representativa, abierta al río, generando el acceso principal a la torre de oficinas.

La identificación del proyecto con el lugar se completa con un cuidadoso paisajismo que integra, tanto en la parcela como en la edificación, patios, cubiertas y franjas de plantaciones autóctonas teniendo como directriz la abstracción del concepto de dehesa extremeña, siguiendo como pauta la recuperación del terreno natural en la cubierta de la edificación.

El proyecto arquitectónico se define con la configuración de tres elementos. En primer lugar, el solar, soporte y base de la integración del proyecto con la ciudad existente. Mantiene el compromiso de continuidad en todo el ámbito de intervención, tanto en el suelo público como el privado dotando la urbanización de una calidad digna de la representatividad que sustenta, evidenciando el compromiso social de la Caja de Badajoz.

En segundo lugar, el basamento, que contiene el programa de mayor carácter público del proyecto, necesario como apoyo y complemento a la demanda contemporánea en los espacios de trabajo de oficinas. En él se simultanean los usos de auditorio, entidad bancaria, centro de negocios, guardería, gimnasio, enfermería, restaurante, centro de formación, cafetería, zona de exposiciones y viviendas.

Por último, la torre, que emerge del terreno mirando al río y alberga el uso principal de oficinas.

Todos estos elementos se materializan con volúmenes sencillos y rotundos, valores que sintonizan con la cultura extremeña, ya sea en el solar, con el tratamiento paisajístico de bandas quebradas materializadas con muros de gaviones, como en los volúmenes edificatorios. El del basamento, a modo de dislocación del suelo, se materializa con una gruesa piel de hormigón prefabricado que se pliega y define la cubierta del mismo, y alberga en sus extremos los usos principales: al sur el auditorio como una gran proa de barco, y en el norte, abriéndose hacia el río, el restaurante-mirador. La torre se erige en un hito con un sencillo volumen prismático orientado igualmente hacia el río.

Una segunda piel dota de homogeneidad a la imagen de los dos volúmenes edificados. Una serie de lamas trapezoidales de aluminio con diferentes orientaciones protege la piel interior de vidrio y metal del fuerte asoleo de la zona. Asimismo, la evolución de la incidencia de la luz solar ofrece distintas percepciones del edificio a lo largo del día, dota de vibración a las fachadas y les confiere singularidad y movimiento.

El aprovechamiento de la luz natural en los espacios y el control de la misma mediante las lamas y los patios en el basamento confieren al edificio carácter de sostenibilidad.

Otra de las decisiones importantes en la arquitectura del proyecto, que añade funcionalidad a los espacios, es la utilización del módulo de 1,35 m. como generador de la geometría, lo que facilita la versatilidad de los espacios, refuerza el concepto de multifuncionalidad y crea espacios de trabajo diáfanos, liberando en lo posible de estructura las plantas de oficinas de la torre, facilitando su amueblamiento y permitiendo un funcionamiento racional del aparcamiento en el sótano.

La funcionalidad del edificio está igualmente contemplada desde el concepto de flexibilidad, ya que permite tanto la gestión interna desde el edificio de los diferentes usos del basamento, como la externa, a través de accesos independientes a las diferentes dependencias desde el exterior.

En definitiva, la actuación se basa en la consecución de un edificio sostenible, tecnológico y sensible a los condicionantes medioambientales que generan ahorro energético, a la vez que es exponente en los valores de calidad, sencillez, versatilidad, eficiencia y arraigo con el lugar. Un espacio de trabajo, formación, negocio y cultura representativo de una entidad como la Caja de Badajoz.

Fotografías: Daniel Schäfer

 

 

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