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martacarrera
10 abril 2012

La Casita, un regalo de los arquitectos Anna & Eugeni Bach a sus hijos.

Que tus padres sean arquitectos es un punto a favor para que se haga realidad aquello que todo niño (y adulto) desearía: una casa a medida para jugar y dejar volar la imaginación. Cuando sus hijos Uma y Rufus preguntaron a los arquitectos barceloneses Anna & Eugeni Bach por qué no hacían una casita para ellos como hacían con el resto de la gente, los padres no buscaron ninguna excusa. Dicho y hecho. Ante tal entusiasmo, el sueño de sus hijos tomó forma en apenas dos semanas en el jardín de la granja que sus abuelos tienen en el sur de Finlandia.

A continuación puedes ver el vídeo de la construcción de La Casita:



Construida casi íntegramente de madera de abeto extraída de los árboles que bordean la granja familiar, la Casita se basa en una estructura muy simple que se repite en dos módulos iguales, aunque orientados en direcciones opuestas. Uno de los módulos es a doble altura para que un adulto pueda entrar sin tener que agacharse, mientras que el otro tiene dos niveles conectados por una multifuncional escalera que permite un juego más complejo en el interior.

La estructura, los suelos, las paredes y la cubierta están unidos siguiendo los sistemas tradicionales de construcción de graneros, con una cubierta hecha a partir de una simple superposición de tablones de madera ranurada para evitar que filtre la lluvia. Unos pequeños vierteaguas de chapa galvanizada ayudan a sacar el agua y a proteger los cortes de la madera de la fachada.

 

Vista desde el exterior, la casita, que mide 13,5 m2, tiene una forma casi abstracta, pero una vez dentro la imaginación echa a volar y se convierte en la reducción esencial de lo que los pequeños entienden por una casa: un espacio mayor que podría ser un salón, un espacio a menor altura que podría ubicarse a una cocina y un altillo donde podrían situarse las habitaciones.

Pero como todos los que hemos sido niños sabemos la fantasía infantil es infinita y aquel espacio a priori doméstico puede convertirse repentinamente en las mazmorras de un castillo medieval o en la torre principal desde la que disparar flechas a los enemigos. Las escotillas plegables sirven para hacer respirar el edificio pero también son un elemento de divertimento.

La casa de juegos ha sido pintada a rayas asimétricas blancas con una doble finalidad: emular las antiguas casetas de playa donde la gente se ponía el bañador y plasmar el paso del tiempo, pues la madera sin tratar irá adquiriendo un tono grisáceo con los años. Como los niños, que irán haciéndose mayores y recordarán la lección que querían transmitirles sus padres: con esfuerzo uno mismo puede fabricarse sus propios sueños.

Ficha técnica:

Arquitectos: Anna & Eugeni Bach
Colaboradores: Uma y Rufus Bach
Fecha de proyecto: Del 20 al 21 de julio de 2011
Fecha de inicio y finalización de la obra: Del 10 al 24 de agosto de 2011
Superficie construida: 13,50 m2
Presupuesto total de la obra: 800 €
Nombre del promotor: Uma y Rufus Bach
Constructor: Autoconstruido
Emplazamiento: Granja de Pälölä, Nummi Pusula, Finlandia
Fotografías de Tiia Ettala

 

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