House Rot-Ellen-Berg en Bélgica: una ‘slow home’ creada en una urna de vidrio.
En realidad el diseño pertenece a los propietarios de la vivienda: Ellen y Piet Berg, quienes han utilizado a los arquitectos para plasmar su visión sobre cómo debería ser su hogar hasta el último detalle.
El proceso ha durado cuatro años, llevándoles a crear su propio concepto de Slow Home. Cada esquina ha sido pensada y repensada hasta llegar a la mejor solución.
Ubicada en Koppenberg, un colina de 77 metros de altitud, la fachada de la casa envía el mensaje de una edificación solida y pesada; justo lo contrario del interior, donde la caja de cristal crea una sensación de vacío y ligereza.
La casa de cristal es el lugar donde sucede todo. A través de puertas corredizas, la estructura queda cerrada a modo de cubo rectangular. El espacio restante es sólo la vía de acceso a la calle.
El matrimonio Berg ha jugado a diseñar la vivienda, de 182 metros cuadrados, como si fuera un Mecanno, metafórica y literalmente. Las vigas metálicas y de madera de color amarillo que forman el techo de la caja de cristal, las columnas de acero y las tiras de goma negra son un homenaje al popular juego de niños.
En el interior de la casa de cristal, una singular chimenea se lleva todo el protagonismo. Se ha construido sobre la base de un pilar de la antigua estructura y ha sido recubierta de azulejos blancos.
El contrapunto a un ambiente tan frío lo aportan las grandes cortinas y el mobiliario de madera, que crean una sensación de hogar y calidez a través de muebles de diseño vintage, algunos de ellos de segunda mano.
Pero aunque la vida se desarrolle en la casa de cristal, el resto también ha sido meticulosamente elegido. La fachada del exterior de la casa combina ladrillo, espejos y tejas cortadas en forma de diamante.
Cuatro años son suficiente tiempo para que las ideas cambien, por ello reconocen que el propio diseño ha ido evolucionando en todo este tiempo y que a día de hoy el resultado final es bastante diferente a lo planteado inicialmente, pero siempre desde el convencimiento de que, tras tanta meditación, ahora es mejor que antes.