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Idoia Ruiz
14 diciembre 2011

El diseñador londinense Samuel Wilkinson diseña un terrario floral vinculado a la tecnología.

Cuando el joven diseñador británico Samuel Wilkinson decidió crear Biome, pensaba en algo más que un diseño delicado, decorativo, funcional… Y así ideó un delicado terrario floral inteligente que necesita de la tecnología para sobrevivir.

En realidad, Biome es un terrario floral que funciona como un tamagotchi. Con una aplicación en un Smartphone o en iPad, se puede controlar la temperatura, el nivel del agua y los nutrientes. “El objetivo es conseguir relajarse de la era digital, encontrar un uso alternativo a la tecnología en el que se pueda disfrutar un poco más de la vida, la naturaleza, el vivir despacio”, explica el propio Samuel.

Este jardín inteligente tiene una iluminación de bajo consumo (LED) que se replica dentro de la misma cúpula. Además, contiene sensores que proporcionan información en tiempo real sobre lo que está pasando dentro del terrario para que las condiciones climáticas pueden ser ajustadas a través de la aplicación remota, si es necesario.

“El cuidado de este pequeño ecosistema necesita de paciencia, en contraste con la inmediatez de la tecnología actual de mensajería o los twitters, muy característica de la generación Smartphone. Además, Biome está pensado para aclimatarse a todo tipo de entornos: tropical, desértico… Su uso es muy sencillo, incluso para los que no están acostumbrados a cuidar de plantas”, añade el diseñador.

El proyecto fue desarrollado para la exposición titulada ‘Slow Tech – Designs downtime Digital‘ en la sala de exposiciones de la agencia Protein. La muestra estaba comisariada por Henrietta Thompson (editora de Wallpaper).

Más sobre el diseñador

Samuel Wilkinson empezó su estudio de diseño industrial a finales de 2007 y un año más tarde, en 2008,  completó su trabajo de mayores dimensiones, L’arbre de Flonville, en Lausana, Suiza. La obra consistió en colocar un escultórico árbol metálico de 16 metros de altura en una plaza de la ciudad. Junto al árbol, varios bancos, hacían a la vez de raíces. Samuel Wilkinson es un diseñador comprometido y entusiasta con su obra, siempre tratando de dar un nuevo enfoque en cuanto a la forma y función de los objetos.

Wilkinson también ha colaborado con la compañía Hulger en el premiado diseño de la bombilla Plumen 001, ganadora del Brit Insurance de 2011. Puedes leer más sobre este ya célebre producto en diarioDESIGN.

 

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