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Elena Minguela
13 julio 2011

Central hidroeléctrica de Kempten, Alemania. Arquitectura al servicio de la energía limpia.

En la orilla izquierda del río Iller, un afluente del Danubio, se ha creado una sustituta de alta eficiencia de la central hidroeléctrica de los cincuenta, que abastece cinco mil hogares de la ciudad baviera de Kempten,  con 10,5 millones de kWh de energía limpia al año. El proyecto ha sido desarrollado por Becker Architekten.

El punto de partida del diseño fue la representación del dinamismo del agua, que va cambiando del estado de calma de la entrada al remolino cercano a las turbinas, y vuelve a la calma tras la generación de electricidad. Otras inspiraciones incluyen las formaciones de roca a partir de la erosión del río. El objetivo fue conectar los límites de la máquina, incluidas turbinas, generadores y la presa de retención, con un envoltorio continuo que se sumerge bajo el acero, y salvar el puente para el cableado con el fin de evitar su total demolición.

Las partes más técnicas están rodeadas de ese suave envoltorio, creando un espacio que se asemeja entre otras cosas a un canto rodado del río, una ola congelada, una ballena varada… y todo lo que cada observador imagine al ver el edificio.

El envoltorio, reforzado de hormigón, se fija mediante cojinetes con un juego de 2 cm para compensar la deformación longitudinal. “Costillas” de dirección transversal estabilizan la construcción de forma parecida a las de un barco en construcción. La estructura en forma de esqueleto genera una secuencia fascinante de habitaciones interiores que varían de grandes cúpulas a espacios de dimensiones más íntimas. Todos los nodos, técnicamente esenciales, son reducidos lo máximo posible para obtener un aspecto más homogéneo. Se crean múltiples reflejos, y diferentes apariencias según los cambios de tiempo y luz.

Durante la ejecución, los arquitectos de Becker Architekten han considerado temas ecológicos como la integración de una zona de pesca o medidas de prevención de ruidos. Existe también un camino para peatones y ciclistas que proporciona un gran impulso para la mayor integración de la ciudad con el río.

Así, a pesar de las enormes dimensiones se ha conseguido crear una estación que por un lado asimila los alrededores y por otro es un edificio autosuficiente que formará parte de una “experiencia de hidroenergía”, con juegos de luz entrando y saliendo por todos los recovecos que resultan impresionantes.

Fotos realizadas por Brigida Gonzalez.

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