Un centro comercial en la antigua plaza de toros neomúdejar de Las Arenas, por Richard Rogers.
Esta estructura del siglo XIX está situada cerca de Montjuïc, en la Plaça Espanya, y pretende ser una nueva puerta de entrada a Barcelona desde el oeste.
La fachada existente se ha conservado aunque, para mantenerla, fue levantada con gatos hidráulicos con objeto de vaciarla por dentro. Con el fin de crear un dominio público al nivel del suelo, también se excavó la base de la fachada, lo que ha representado una importante obra de ingeniería que ha implicado insertar arcos de material compuesto en la base de los muros existentes, que sustentan nuevos espacios para tiendas y restaurantes. Así, se han creado nuevas plazas en la planta baja, para facilitar el acceso a las estaciones de metro existentes y al adyacente parque Joan Miró.
Una azotea inmensa conforma una «plaza elevada» que ofrece unas vistas panorámicas de la ciudad. En el interior, los 70.000 m² disponibles albergan una serie de espacios comerciales, culturales, sanitarios y dedicados al ocio situados en torno a un espacio central para la celebración de eventos. El sótano incluye un aparcamiento con espacio para 1.250 vehículos.
El objetivo del proyecto, en palabras de sus creadores, ha consistido en obtener un elevado grado de flexibilidad, que se adapte a los cambios futuros y permita desarrollar una amplia variedad de actividades en el edificio.
Para ello, todos los elementos constituyentes, como la fachada, el auditorio, los segmentos internos y el edificio adyacente, son independientes estructuralmente, en busca de la flexibilidad deseada.
Las Arenas es uno de esos proyectos que no deja indiferente. Un interior vanguardista que integra comercio, ocio y cultura en un edificio atípico e inusual, pero no por ello emblemático. Juzgad vosotros mismos.
Fotografías del centro, cortesía de David Cardelús.