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Casa Al Gianicolo, de Nicola Auciello: la experiencia de vivir a siete alturas.

Una vivienda de 250 metros cuadrados estructurada en siete niveles que, sin embargo, ofrece generosas perspectivas, ambientes luminosos y diáfanos. Así es la casa Al Gianicolo, obra de Nicola Auciello. Un arquitecto que define su trabajo como “diseñar con poesía, construir con poco la fuerza de las ideas y las emociones”.

La casa, ubicada en Roma, fusiona tres apartamentos en cuatro alturas diferentes, a las que se suman dos habitaciones adicionales en la planta más baja. Una casa ideada para una pareja con dos hijos y un considerable interés por el arte y, sobre todo, por la comodidad y la calidad de vida.

Casi una tercera parte de la vivienda está destinada a zona de día. Aquí, la vida gira alrededor del salón y de la cocina, ambientes que disfrutan de un acceso directo al jardín privado. La buhardilla, en madera y hierro, atraviesa de forma longitudinal los dos ambientes. El suelo, que combina diferentes materiales, remarca los volúmenes, reforzando la percepción entre cada uno de los niveles y alturas.

La zona de loft está diseñada como una zona de relax y lectura en la primera sección, para ampliarse a una zona de juegos para los niños, a la que se accede desde el dormitorio. La sala de juegos queda separada de la cocina por una amplia cristalera de cristal transparente. Esto permite que ambas áreas interactúen y se enriquezcan mutuamente. En un sentido más práctico, posibilita vigilar a los niños mientras juegan y que éstos, a su vez, puedan también compartir las tareas culinarias mientras éstas se enriquecen con la capacidad inventiva de los pequeños.

Barandillas inexistentes o ligeras, tabiques que se convierten en muebles o integran puertas giratorias, un techo de cristal transparente… Estos son algunos de los elementos que el arquitecto ha utilizado para apoderarse del espacio y moldearlo. El objetivo: eliminar todas las restricciones visuales y abarcar la altura completa del espacio.

La escalera que permite acceder de un nivel a otro se ha realizado en cemento de resina gris. Organizada en un recorrido de tramos irregulares, está aparentemente separada de la pared gracias al efecto visual que, en altura y profundidad, le otorgan sus ranuras laterales.

Al atardecer, continuando con el juego teatral que impregna toda la casa, las cortinas caen sobre la vidriera, que separa la cocina de la zona de juegos, oscureciendo el cristal. El vidrio templado transparente se utiliza, una vez más, en el dormitorio principal como techo del cuarto de baño privado, esta vez dispuesto horizontalmente. Este recurso hace este espacio más funcional, proporcionandole luz natural. Sobre esta membrana intangible se crea un juego de sombras que, proyectadas sobre el techo de la habitación, nos remite a un cielo estrellado.

Ya lo dijimos: para Nicola Auciello, la arquitectura es un juego que involucra ideas y sentimientos.

Más información:

Na3
Via del Pastore Faustolo 5
00181 – Roma
www.na3.it

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