Menjarosa, un comedor en el colegio Virgen del Carmen de Torrevieja.

Poco a poco la arquitectura de cajas blancas va dejando paso a propuestas alternativas al volumen neutro en forma y en color. En el caso de Menjarosa, el uso de los tonos extremos de negro-pizarra y rosa-fucsia tiene tanto una explicación funcional como emocional.

Se ha construido un nuevo comedor para los alumnos en pleno patio, “la parte más divertida del colegio”. Los arquitectos han querido minimizar el efecto de pérdida de espacio en el exterior, creando una nueva superficie lúdica vertical en la que dibujar. Así, las paredes del nuevo comedor se han pintado en negro pizarra para que puedan ser garabateadas libremente por los alumnos en sus horas de recreo.

Por otro lado, el uso del rosa-fucsia, en principio inspirado en el color de las famosas salinas rosas de Torreviaja, ha sido un recurso emocional de los arquitectos. Conscientes de su fuerte impacto, lo han usado para grabar su trabajo en la memoria de los pequeños.  Las paredes y la verja fucsia que rodea la nueva construcción y se adentra en el edificio antiguo, será sin duda un recuerdo imborrable en la memoria de los niños, asociado a esos inolvidables momentos que todos hemos pasado jugando con los amigos en el patio del cole.  

El nuevo comedor disfruta además de una gran integración con la vegetación exterior. Se han intentado conservar los árboles existentes y se ha dotado al nuevo comedor de grandes ventanales que permiten a los niños comer casi en contacto con el jardín, diseñado a base de plantas autóctonas. Tan sólo 2 árboles han tenido que ser trasplantados para permitir que la nueva construcción pudiese conectarse con el acceso a la escuela.