Stay, un hotel con pasado squatter en Copenhague.
Algo más sobre la historia de la Casa A
Allá por el 2000, el mercado inmobiliario de la capital danesa se situaba entre los más caros del mundo, sólo superado por Londres y Tokio. Los habitantes más bohemios de la ciudad fueron expulsados de las viejas casas del centro que estaban siendo adquiridas y rehabilitadas a precios desorbitados.
Los artistas buscaron nuevas áreas más apartadas en busca de grandes edificios decadentes donde poder instalarse por un precio módico. Algunos viejos edificios abandonados en la zona de los canales encontraron de este modo unos nuevos inquilinos. Uno de ellos era la A-huset (la Casa A), denominado así porque su planta seguía esta original forma. El edificio, un antiguo bloque de oficinas de los años ’60, disponía de 25.000 m2 de despachos abandonados y almacenes donde, a cambio de una reducida renta, cientos de pintores, músicos y diseñadores podían hacer realidad sus visiones artísticas.