Refugio en una solitaria playa de Chile, de Pablo Errázuriz.
De nuevo un container para solucionar una vivienda temporal, barata y de construcción rápida. Y en este caso con un sorprendente uso: convertirse en una casa de vacaciones junto a la playa.
En un paraje solitario de Huentelauquén, a 260 km al norte de Santiago, el arquitecto Pablo Errázuriz ha diseñado este refugio en la playa gracias a una container de 24 m2 que se complementa con una gran espacio exterior, y una torre que actúa como depósito de agua potable.
El container alberga tan solo la cocina y el baño, quedando toda la zona exterior como el espacio habitable principal. Una terraza de madera se extiende desde el container y se ha cubierto de lona para crear una zona con sombra. Adicionalmente, una serie de patios de gravilla pueden acoger a las visitas ocasionales en tiendas de campaña. Como último elemento, otra sorprendente construcción: una torre que incluye la “sala de máquinas” en la planta baja, un dormitorio en la primera planta y un depósito de agua potable en el último nivel.
Constructivamente, el container se ha revestido con planchas de acero cortén en el exterior y aplacado de DM pintado de blanco en el interior. La terraza exterior de madera soporta una estructura metálica de las mismas dimensiones que el container, que aguanta una lona de PVC. Los patios se han delimitado por muros de piedra que contienen arena de río y gravilla.