CCS Architecture plantea una cabaña de ensueño en California.
La parcela, de 8 hectáreas, se encuentra unos cinco kilómetros del Océano Pacífico, con vistas al mar y a la montaña. Los propietarios, una pareja de San Francisco con seis hijos, tenían claras sus prioridades; querían que la edificación cumpliera criterios sostenibles para reducir al mínimo su huella de carbono. Los diversos hobbys y actividades lúdicas que deseaban desarrollar en ella -fiestas, cocina, natación, tiro con arco, jardinería…- forman parte de su programa de diseño.
Sus dos estructuras, la casa principal y el granero, están revestidas de madera recuperada con techos de acero Corten. Además, el proyecto consta de algunos edificios anexos y de espacios de recreo que se diseñaron para encajar y formar un único recinto.
La casa principal, de 260 metros cuadrados, se compone de una «zona viva» y un «espacio para el sueño», que solapan sus techos para reforzar su vínculo y crear un único espacio exterior. Esta construcción principal alberga el comedor, la zona de estar y la cocina, además de una escaleras que acceden a la suite principal. La cocina ocupa el espacio central, flanqueada por la zona de estar y el comedor. La espectacular isla de la cocina mide 5,5 metros de largo, 7,6 cm de grosor y está formada por una sola pieza de nogal, de bordes irregulares, cortada de un gran árbol caído.
Varias puertas de vidrio correderas abren la sala de estar principal al exterior, creando una apertura panorámica de 10 metros de ancho, que ofrece fantásticas vistas. En el interior, el ambiente es casual y rústico, gracias a una combinación de suelos de hormigón, madera, piedra y acero. El edificio más pequeño, con dos dormitorios y un baño compartido, está dispuesto en ángulo y delimita un patio en forma de “L”.
El granero, por su parte, posee 150 metros cuadrados y se ha diseñado como zona de almacenaje, ocio y juegos. Su primera planta está reservada para una mesa de pin-pong y para una gran zona de televisión, así como para guardar las tablas de surf y otros equipos de playa. En la buhardilla-desván se ha instalado una mesa de billar rodeada de varios sofás-cama. El interior se ha decorado combinando los materiales exteriores de la casa.
La casa y el granero se asientan sobre un prado en pendiente, rodeado de secuoyas y con vistas al mar. Todas las áreas lúdicas se disponen alrededor de la parte exterior de la casa y el granero. La piscina se sitúa por debajo de la casa principal, con una chimenea en uno de sus lados. Un campo de tiro está por encima de la casa, y un pozo queda entre la casa y el granero. Dos cabañas, ubicadas entre las secuoyas, sirven como casas de invitados, y también cuentan con una sauna anexa.
En definitiva, nos parece un retiro contemporáneo de ensueño. ¿Lo alquilan?
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