Una renovada estética industrial.
Un piso que ya había sido reformado anteriormente fue el punto de partida para FFWD Arquitectes en este proyecto que, situado en el Ensanche de Barcelona, ha sido bautizado como Habitatge M11. «Aunque aparentemente la reforma anterior había erradicado todos los elementos originales y distintivos del espacio, tras una operación de deconstrucción pudimos ver que se conservaban elementos que podrían dotar de carácter a la futura vivienda, como las piezas de pavimento hidráulico o elementos estructurales del edificio como las paredes de fábrica de ladrillo y el forjado de vigas de madera» señalan los responsables de la intervención.
Con una distribución que no se ajustaba a las necesidades de los nuevos propietarios, ni cumplía con los criterios básicos de salubridad –habitaciones sin ventilación y el cuarto de baño abrierto a la sala de estar–, los arquitectos plantearon un cambio radical en la vivienda, invirtiendo la posición de las zonas de día y de noche.
El espacio se vacía para poner en valor la estructura original del edificio, y las piezas de pavimento hidraúlico recuperadas se disponen a modo de alfombras que jerarquizan los espacios y les confieren calidez.
Paredes de ladrillo recuperado y vigas vistas de madera definen el apartamento que, con un fuerte carácter industrial, destaca por su gran funcionalidad y sencillez en el diseño. Colores claros y superficies limpias y lisas, como la del hormigón pulido del suelo, caracterizan los nuevos elementos, en un claro contraste con la materialidad de la preexistencia, protagonista principal del proyecto.
En forma de L y en contacto directo con la calle se sitúa una sala diáfana que alberga el estar –con butaca y reposapiés Blanes–, el comedor –con mesa modelo Charles acompañada de sillas Scandinavia en color blanco– y una cocina-office, abierta e integrada en el mismo espacio.
En el otro extremo, y orientadas al interior patio interior de manzana, se localizan las dos habitaciones –muy luminosas por su orientación suroeste– con sus respectivos baños.
El muro de ladrillo preexistente del cabecero del dormitorio principal se conserva para colocar sobre él un ‘segundo muro’, con huecos abiertos donde almacenar y apoyar objetos decorativos, libros, etc. La cuidada iluminación rasante destaca la materialidad de la pared original.
Fotografía: David Benito Cortázar