Coffey Architects consiguen aumentar la luz y el espacio familiar en una casa protegida de Highbury, Londres.
El espacio interior ha sido totalmente reconfigurado para dar flexibilidad a las necesidades cambiantes de una familia en crecimiento: la planta baja ha sido totalmente reformada convirtiéndose en un espacio diáfano en el que el cristal es el elemento estructural escogido, por conseguir desdibujar los límites entre estancias.
Cocina, comedor y jardín han sido por tanto separados mediante paredes de cristal, que permiten la completa visión del conjunto y la entrada de luz natural. Se crea así una perfecta conexión entre los espacios sociales de la vivienda y se relaciona el interior con el exterior.
Pero la conexión no se queda ahí: las plantas se conectan de manera dinámica gracias al vacío central que recorre las plantas, con las escaleras a ambos lados.
Las estancias más privadas de la casa han sido conservadas manteniendo el estilo eduardiano original, e incorporando o restaurando la carpintería y los accesorios de la época. Además, Coffey Architects han aprovechado la oportunidad para maximizar el espacio en la parte superior del edificio mediante la conversión de un ático en una suite de invitados con baño en suite.
El blanco del interior y el exterior quiere ejemplificar el compromiso de los arquitectos por respetar el valioso alzado de la casa, de ladrillo típico londinense. También el suelo de la cocina, de hormigón pulido, hace un guiño al patio exterior y su mobiliario, del mismo material.
Este proyecto pretende demostrar la capacidad de Coffey Architects de crear una casa para una familia con una atmósfera elegante, cálida y acogedora a través de detalles simples y cuidados, aportando una sensación de luz y espacio en una propiedad de estilo eduardiano tradicional que se compromete con el espacio exterior.
Fotografías: Tim Soar