Escaravox de Andrés Jaque: Un teatro móvil de economía responsable para dinamizar la vida cultural madrileña.
Las dos estructuras móviles que componen su intervención en Matadero-Madrid Escaravox se caracterizan por sus grandes luces (33,19 y 32,72 metros) y por estar dotadas con sistemas para la amplificación de sonido, iluminación escénica y proyección audiovisual que –en combinación con gradas rodantes, escenarios móviles y bancos de trabajo–, permiten que cualquiera pueda organizar acontecimientos culturales abiertos al público en la Plaza de Matadero.
Lee sobre todos los premios del arquitectura del COAM 2013 en diarioDESIGNEscaravox apuesta por entender la cultura como un capital que mejora las condiciones cotidianas de vida y su objetivo principal es propiciar que los esfuerzos públicos contribuyan al acceso equitativo a los beneficios que la cultura produce.
El proyecto surge a partir del análisis de la distribución geográfica de los centros de arte contemporáneo de la ciudad de Madrid -en el eje que une la avenida de América con la plaza de Legazpi, alineados con los recorridos turísticos del centro- y la de las agrupaciones musicales, grupos de teatro y asociaciones de poesía de pequeña escala –que se extienden de manera regular por el extenso territorio Madrid-. Cada una de estas pequeñas agrupaciones activa culturalmente los contextos locales en que desarrollan sus actividades y en su conjunto forman la infraestructura de promoción y discusión cultural con más impacto sobre la ciudad.
El objetivo es dotar a Matadero-Madrid de dispositivos materiales públicos y protocolos institucionales para hacer posible un maridaje entre los dos modelos antes descritos de intervención en lo cultural. Cualquier persona tiene acceso a estos equipamientos, que se formaliza simplemente enviando un mail a las oficinas de coordinación de Matadero-Madrid.
La estrategia material del proyecto consiste en utilizar elementos genéricos populares producidos en serie ensamblados en una composición singular que atiende la especificidad del programa. Es el ensamblaje y no el diseño y producción de los componentes lo que pone a la industria al servicio de programas tan especializados, y ésta es la principal contribución en estrategia tecnológica que este proyectos hace a la disciplina de la arquitectura.
La producción masiva de estos elementos (sistemas de irrigación de acero galvanizado, mallas de sombreado de fibra de vidrio de la industria agrícola, sillas de plástico, bolsas de escombros o luminarias estancas producidas por inyección de termoplásticos) hace que su precio y su disponibilidad a largo plazo sean extremadamente competitivos. En el ensamblaje, sus condiciones genéricas pueden llegar a ponerse al servicio de programas marginales que por sí solos nunca tendrían la capacidad de beneficiarse de una producción industrial masiva.
No se trata de una discusión formal, ni de una revisión de la tradición ‘duchampiana’ de la reapropiación, sino de una reflexión sobre cómo poner al servicio de intereses marginales a una industria dirigida a atender casi en exclusiva los programas de las hegemonías de poder. Es una estrategia de relación de la arquitectura con la industria que, en lugar de buscar una relación directa entre producción industrial y arquitectónica, hace uso de estrategias propias del customized mass production y de la reapropiación, y que la Oficina de Innovación Política que dirige Andrés Jaque considera una capitalización arquitectónica de algunas de las innovaciones conceptuales de la teoría Queer.
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Todas las imágenes de © Miguel de Guzmán